Los acuerdos se generalizan en las salas de vistas de Vigo. Prácticamente seis de cada diez juicios que se señalan en los juzgados de lo Penal y en la Sección Quinta de la Audiencia se resuelven con un pacto entre las partes por el que el acusado admite su culpabilidad y se ve beneficiado con una reducción de la condena a la que inicialmente se enfrentaba. Concretamente, a lo largo del pasado año fueron más de 580 los casos zanjados con una conformidad de entre los más de 1.100 juicios fijados en estas cuatro salas. Los demás se celebraron para que fuese el juez el que decidiese en sentencia. Este modelo que cada vez se impone más cuenta con defensores que ven en ello un modo de agilizar los procesos judiciales y ahorrar costes económicos a la Administración de Justicia. Frente a ello, hay quienes creen que se está "abusando" de esta figura, abocando a condenas a casos que "podrían defenderse" ante un magistrado.

Las conformidades siempre han estado a la orden del día en los juicios rápidos, como por ejemplo de delitos contra la seguridad del tráfico, que se celebran en los juzgados de Instrucción. Pero los pactos también se han ido tornando con el paso de los años cada vez más habituales tanto en los tres juzgados de lo Penal como en la sala especializada en esta materia de la Audiencia viguesa. Tanto, que ya son más los casos que se cierran con un pacto entre Fiscalía (junto a las acusaciones particulares si las hay) y defensa que los que llegan a juicio para que sea el juez el que tenga la última palabra. De los 1.035 asuntos sentenciados en 2016 en los juzgados penales, 551 lo fueron tras un acuerdo: son un 53% del total. Y en la Audiencia, donde se enjuician delitos más graves, hubo pacto en 35 de los 59 procesos que se señalaron: son el 59%.

Siempre con la barrera de los límites que marca la ley, los pactos se han convertido en frecuentes para muchos delitos como robos, lesiones, estafas.... También para casos de más calado, como de prostitución, contra bandas organizadas o incluso en intentos de homicidio. Forman parte ya del día a día judicial. Y la mayoría de las veces, los acuerdos se alcanzan la misma jornada del juicio. El abogado defensor entra en la sala, negocia con el fiscal para conseguir una rebaja de la pena y sale al pasillo para informar a su cliente. Si el acusado acepta los términos del pacto, éste se resuelve en un vista de unos minutos. Los testigos y peritos citados ya ni siquiera tienen que entrar en sala.

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¿Y qué opinan los abogados? "La decisión final la tiene el cliente, siempre asesorados por nosotros; la conformidad puede resultar beneficiosa si hay un riesgo alto de condena", opina el letrado Felipe Prado. Un veterano jurista, Jesús Silva, ve en las conformidades una fórmula idónea en caso de culpabilidad al conllevar "una reducción de la pena". Eso sí, aclara, "siempre que no haya pruebas evidentes de inocencia" que aconsejen luchar por la libre absolución en un juicio.

El letrado Guillermo Presa, sin embargo, cree que se "abusa" de esta fórmula. E insiste en que las conformidades, al igual que ir a juicio, necesitan "de una preparación". No es partidario de que la negociación entre Fiscalía y abogados se haga "delante del juez". "Procuro no pactar un acuerdo en la sala de vistas; lo idóneo es hacerlo previamente con el fiscal en su despacho", afirma.