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Los cascos viejos de Vigo y Bouzas se reactivan con licencias para 166 rehabilitaciones en el último año

Del total, 110 solicitudes fueron en el Casco Vello

Los cascos históricos de Vigo tienen mucha vida por delante. Justo cuando se cumplen diez años de la aprobación definitiva del Plan Especial de Reforma Interior del Casco Vello, los datos oficiales de Urbanismo siguen reflejando una dinámica muy positiva en la zona con un nuevo incremento de las licencias de rehabilitación a lo largo de 2016. Y no es un caso aislado. La situación se repite en Bouzas, cuyo Pepri data de abril de 2010 y donde las asociaciones de vecinos y comerciantes detectan un "despertar" tanto a nivel poblacional como económico. Las ayudas del Plan Estatal de Vivienda del Ministerio de Fomento y el esfuerzo de Xunta y Concello a través del Consorcio Casco Vello están transformando las zonas más antiguas del municipio en dos enclaves muy atractivos para instalarse a pesar del problema de la falta de aparcamiento.

El Casco Vello y Bouzas están de moda. Los datos así lo demuestran con un incremento del 42% en las licencias otorgadas por el gobierno vigués para reformar inmuebles en la zona centro de la ciudad y una subida del 55% para recuperar edificaciones del casco histórico de la villa marinera. Solo en el año 2016 desde la Gerencia de Urbanismo se dio luz verde a 166 actuaciones de rehabilitación en estos dos enclaves emprendidas por particulares, promotoras o el propio Consorcio Casco Vello que realizó una inversión el pasado ejercicio de 1 millón de euros y para 2017 prevé concluir el edificio número 12 de Subida ao Castelo y tramita las reformas de Cruz Verde 8, Ferrería 8 y Subida á Costa 5.

Los permisos solicitados por las administraciones son para reconstrucción de edificios, aunque la mayoría de los particulares solicitan licencias para actuar sobre cubiertas, fachadas, mejorar la impermeabilización de la estructura o instalar ascensores. En el año 2016 se concedieron 110 licencias de obra para el Casco Vello y desde 2014 se han autorizado un total de 252 intervenciones desde Praza do Rei. Las calles con más actividad son Cánovas del Castillo, con once proyectos en el último año, Alfonso XII, con ocho, Joaquín Yáñez, con seis, Real, con otras siete, y le siguen a continuación Pi y Margall, Laxe o Chao, donde los propietarios también han apostado por mejorar el estado del patrimonio construido.

También en la villa de Bouzas la actividad rehabilitadora ha ido en aumento con 29 licencias aprobadas en 2014, 36 al año siguiente y 56 en el último ejercicio, lo que supone un total de 121 proyectos presentados ante Urbanismo que equivalen ya a la mitad de los emprendidos en el casco histórico del centro. Las calles donde más se está actuando son Tomás Alonso, con 9 licencias de obra en 2016, Johan Carballeira, con cinco, Covadonga, con otras cinco, y la Plaza de Suárez Llanos, con cuatro.

Bouzas cuenta con Pepri desde hace siete años y el presidente de la asociación de vecinos, José Sangabriel, reconoce que la zona "se ha revalorizado por diez". Apunta a que su tranquilidad y proximidad al mar han sido claves para atraer a familias jóvenes hasta consolidar en la actualidad una comunidad de 14.000 vecinos que confía que siga creciendo con medidas como la peatonalización de la zona vieja que se someterá a votación en una asamblea con todos los residentes. La representante de los comerciantes, Pilar Cambeiro, también es optimista sobre el futuro de Bouzas y augura que "dará el gran salto en el plazo de un año". Apunta a que la actividad rehabilitadora aún no va acompañada de un resurgir del pequeño comercio y que por ahora solo la hostelería está remontando con fuerza. Pero a corto plazo prevé que la situación cambie y se atraigan inversiones.

En el Casco Vello la actividad es frenética, aunque cada vez más volcada hacia la hostelería y el turismo. El presidente de los vecinos, Fernando Moreiras, anima a las instituciones a apostar por fijar población estable y a mantenerse "vigilantes" ante la implantación de alquileres turísticos de temporada. "Para que el resurgir del barrio sea sostenible no puede dedicarse en exclusiva a la vida nocturna. Hay que buscar un equilibrio", advierte a Xunta y Concello.

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