Solo con el aviso de unas huelgas que finalmente nunca llegaron a celebrarse, el puerto de Vigo perdió en los últimos dos meses más de una decena de escalas de buques que al final acabaron desviados a otras terminales, como las de Portugal. Con esta mala experiencia no es de extrañar que ayer el presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique López Veiga, expresara su preocupación ante el calendario de movilizaciones anunciadas a partir del lunes. Nada más confirmarse, López Veiga lamentaba la decisión sindical al aventurar que los paros frenará la recuperación que aunque todavía tímida comenzaba a reflejarse en el día a día de los muelles. "Esto nos rompe el buen ritmo de trabajo que llevábamos este mayo. Insistió, aunque no lleguen a celebrarse, el mero hecho de anunciarla, una huelga ahuyenta a las navieras", apuntó.

Como ya ocurrió con Hapag-Lloyd, la naviera que mantuvo durante dos meses la ruta directa a Canadá desviada a Lisboa por la conflictividad en la terminal viguesa. "Tengo miedo por la permanencia de Hapag-Lloyd en Vigo", reconoció el presidente que entiende "el desgaste" que producen en las armadoras la inestabilidad en los puertos españoles. De ahí que reiterase su crítica a los sindicatos. "No es de recibo negociar siempre con la amenaza de huelga".

En la Autoridad Portuaria todavía no disponían ayer de datos estimados del impacto que causarán los paros de la próxima semana. "Las escalas se cierran con 24 horas de antelación. Cualquier cifra no sería real", razonaban técnicos de la institución. Pero hay líneas regulares en Vigo que coinciden con los días de paro, como la autopista del mar con Francia y su extensión a Tánger. Ante la necesidad de cargar en Vigo los vehículos fabricados por la planta de PSA, no hay riesgo de que los barcos se desvíen a otras terminales, pero obligará a retrasar los días de escala. Y no son pocas. Entre las dos conexiones, Suardiaz tiene programadas para lunes, miércoles y viernes seis buques en total.