El puerto de Vigo vivió ayer una de las jornadas más frenéticas que se recuerdan. Más de 20 autobuses, decenas de empleados de navieras en cada esquina o largas colas de cruceristas entrando y saliendo con maletas de la Estación Marítima desde primera hora de la mañana dejaron una imagen inusual en la terminal olívica. Y es que a los más de 2.000 viajeros que llegaron a bordo del trasatlántico Costa Mediterránea hubo que sumar otros 1.100 que esperaban en tierra cargados con su equipaje para subirse al Monarch de Pullmantur, buque consignado por la empresa Incargo y que partió hacia el norte de Europa tras realizar el segundo mayor embarque de cruceristas en Vigo desde la época de la emigración. Pero antes de entrar tuvieron que salir 400 empleados de la reconocida empresa lusa de abogados Vieira de Almeida que realizaron una convención a bordo viajando desde Lisboa y que partieron luego de vuelta desde Peinador llenando dos vuelos charter.

Pese a la lluvia y a las críticas de los cruceristas por tener que hacer cola bajo la lluvia para facturar sus maletas, este incidente no logró desilusionar a los cruceristas. "Esto es Galicia. Nos mojamos un poco y ahora a disfrutar y a ver si encontramos otro marido que sea rico en el viaje", exclamaban entre risas tres septuagenarias de As Neves antes de subirse al barco.

Otros, como Ignacio y Celia, de O Carballiño, realizaban su primer crucero con Sabela, su hija de solo 15 meses. "Nos pareció una buena alternativa para poder viajar más tranquilos con la pequeña. Y saliendo desde Vigo, mejor que mejor. Sería magnífico potenciar más salidas desde aquí", reconocía él.

Pero no solo gallegos se subieron ayer a esta travesía que culminará en Rostock (Alemania) y desde donde regresarán en cinco vuelos chárter el 3 de junio a Peinador. La mitad del pasaje procedía de otros puntos de España como Andalucía, Cataluña, País Vasco, Asturias e incluso mucha gente del norte de Portugal. La mayoría confesaba haber elegido el viaje por el atractivo de la ruta hacia el mar del norte.