Con la concesión del tercer juzgado definitivo de Familia semejaba que la única problemática que quedaría por resolver en este órgano a largo plazo recaería sobre la emisión de informes psicosociales requeridos en temas de guardas y custodias o regímenes de visitas. Este servicio cuenta con una demora en la emisión de informes de casi año y medio, por lo que requieren medidas urgentes de refuerzo o ampliación de plantilla para resolver el atasco de expedientes. Una solución pasaría por la remisión de estos casos a manos de psicólogos externos que asumirían informes pendientes aún no tramitados o aquellos que entren nuevos.
Sin embargo, aunque a priori pudiera semejar una ayuda para reducir la carga de trabajo del servicio, profesionales del gabinete psicosocial de la sede del Imelga en Vigo -formados por un psicólogo y un trabajador social- califican esta medida de "externalización en cubierta". "Están privatizando el servicio, poniéndolo en manos de entidades privadas. Nosotros necesitamos más plantilla, un nuevo equipo completo, y no un convenio con un Colegio de Psicólogos que asuma nuestros informes ya que sobre ellos solo trabajaría un psicólogo y no un trabajador social", advierten los profesionales vigueses que califican el servicio de "monodisciplinar" además de que podrán acceder a "datos personales de los menores". Afirman además que desde el Imelga (Instituto de Medicina Legal de Galicia) ya se les ha requerido los expedientes del año 2017 para que "trabajadores externos empiecen a trabajar sobre ellos".
Reconocen que durante el tiempo que estuvo en vigor un tercer equipo de refuerzo en Vigo se pudo reducir el atraso en más de seis meses, por lo que demandan dos trabajadores más. "Tenemos que hacer frente no solo a informes de Familia sino también de los juzgados de lo Penal y Violencia", sostienen haciendo hincapié en la gran cantidad de informes que se les solicitan. "Cada caso nos lleva un montón de tiempo porque no solo hay que entrevistar al menor y a sus padres o abuelos, sino también conocer su entorno y ámbito familiar para ver lo mejor para el niño. Este retraso implica que muchos padres lleven años sin poder ver a sus hijos o que a familias en acogimiento preadoptivo de un niño reciban un informe desfavorable y terminen no siendo aptas para la adopción tras varios años con el pequeño. Los niños creces y los casos no cesan; nos hace falta otro equipo fijo, no externalizar el servicio ", reclaman.
