"Parece que esto coge un camino menos complicado". Antolín Goya, líder de Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar (CETM) -el sindicato mayoritario entre los 6.150 estibadores españoles- transmitía ayer con esas palabras su optimismo sobre un pronto final del conflicto que mantiene en jaque a los puertos españoles desde febrero, cuando el Gobierno impulsó la reforma del sector para evitar la multa de Bruselas a España por incumplimiento de la sentencia europea que obliga a liberalizar el servicio de manipulación de mercancías en los muelles. Tras el "principio de acuerdo" logrado en la tarde del lunes con la patronal y que tuvo como principal resultado la desconvocatoria parcial del calendario de paros que debía iniciarse hoy, los estibadores se dan ahora una semana como máximo para sellar un pacto definitivo sobre su regulación laboral. Pero algunas de las condiciones de lo que se negociará estos días ya parecen aceptadas por ambas partes. Los estibadores se rebajarían un 10% de su sueldo a cambio de que las empresas garanticen sus puestos de trabajo.

Sindicatos y patronal quedaron el lunes emplazadas a una reunión el jueves 1 de junio. Hasta entonces ambos trabajarán en la negociación de un acuerdo sectorial que permita anular todas las huelgas, puesto que todavía mantiene la fijadas para los días 5, 7 y 9 de junio, y en paralelo en la concreción del segundo decreto, el del desarrollo normativo del aprobado por el Gobierno. "Vamos con la intención de cerrar un acuerdo el jueves o el viernes a más tardar", subrayó Antolín Goya.

Este líder sindical recibió ayer un "unánime espaldarazo" de la asamblea extraordinadoria de Coordinadora para que siga adelante en la negociación con la patronal, lo que significa que los trabajadores asumen algunos sacrificios en aras de devolver la paz social a los puertos. Como esa rebaja salarial del 10% que se aplicará a quienes perciban un 5% por encima del importe equivalente a triplicar el salario mínimo interprofesional, es decir, más de 2.230 euros mensuales. También aceptarían medidas de flexibilidad y cambios en la organización de su trabajo y distribución de turnos enfocadas sobre todo a aumentar su productividad.

Todo esto dando por sentado su subrogación por parte de las empresas estibadoras. Todavía faltan por calcular cuántos trabajadores tendrían que asumir las compañías ya que primero habrá que definir el número de los que podrán acogerse a las prejubilaciones con el 70% del salario, contempladas ya por el Gobierno dentro una partida de ayudas a la reconversión valorada en 120 millones de euros.