La nueva biblioteca del Auditorio Mar de Vigo supone un alivio para cientos de estudiantes. Gracias a su apertura muchos de ellos evitan cada mañana las interminables colas de acceso a la sala de Industriales. Gran parte de los asistentes destacan las vistas a la ría que tienen desde la sexta planta del edificio de la avenida Beiramar, aunque muestran su disconformidad con el suelo de la habitación.

Al estar hecho de tarima flotante, cada vez que un alumno entra o sale a la sala el estruendo se escucha en toda la planta. "La biblioteca está genial y a los estudiantes nos viene muy bien en época de exámenes, pero cuando acabe este periodo deberían cambiar el suelo porque se hace muy molesto estudiar con ruido de fondo", critica un grupo de asistentes.