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La circulación en el casco urbano

Las turboglorietas rebajan en un centenar los accidentes en el casco urbano de Vigo

Consiguen que el mal uso de las glorietas, con 159 casos en 2016, pase de ser la segunda a la tercera causa de siniestros en Vigo -La Concejalía de Tráfico contempla extenderlas a Isaac Peral, Travesía y Gregorio Espino

La "turboglorieta" de Travesía con Jenaro de la Fuente fue la última en ponerse en marcha. // Marta G. Brea

Las "turboglorietas" llegaron a Vigo hace poco más de un año para trata de solventar la elevada siniestralidad que se estaba registrando por el mal uso de las tradicionales y, a tenor de las estadísticas de la Policía Local, su puesta en marcha ha sido un éxito. Por lo pronto, los accidentes en rotondas han pasado de 261 en 2015 -cifra similar a la de ejercicios anteriores- a solo 159 en 2016. Esta drástica reducción coincide con la puesta en marcha de esta nueva forma de circular en los cruces de Gran Vía con Illas Baleares (noviembre de 2015); Castelao con Martín Echegaray, avenida de Europa con VG-20, Samil, Castrelos con Portanet (2016) y Travesía de Vigo con Jenaro de la Fuente (2017).

La mala utilización de las rotondas por parte de multitud de conductores se convirtió en un serio problema a medida que éstas se fueron multiplicando. Pero su conflictividad no es exclusiva de la urbe olívica. Ante el repunte de siniestros y las dudas continuas de los conductores, la propia Dirección General de Tráfico llegó a publicar un extenso reportaje en su popular revista aclarando punto a punto cómo se deben trazar. En el caso de Vigo, en 2013 se llegaron a contabilizar casi 300 accidentes, la mayoría provocados por conductores que tratan de abandonarla por el carril interior y golpean al vehículo que circula por el de la derecha, que tiene siempre prioridad.

De hecho, y por extraño que parezca, con la Ley de Tráfico en la mano se puede trazar la glorieta entera por ese carril sin estar incurriendo en ninguna infracción. La escalada de siniestros fue de tal magnitud que el mal uso de las rotondas se llegó a convertir en la segunda causa de accidentes en Vigo. Sólo las distracciones, con casi 1.000 casos cada año, le han superado en los últimos ejercicios. Pero en 2016 ha cambiado. Los despistes siguen en primer lugar, pero el mal uso de las glorietas ya no. Con 159 casos cae al tercer puesto por debajo de los golpes como consecuencia de conductores que no respetaron una señal de ceda el paso o stop.

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Pero lo cierto es que en los accidentes en las rotondas tradicionales no solo influye la mala práctica de los pilotos. La propia configuración de multitud de glorietas -muchas de reducidas dimensiones como las de Travesía de Vigo, por ejemplo- hacen casi imposible posicionarse a tiempo en el anillo exterior para poder salir de ellas en la primera salida -incluso tampoco en las siguientes- lo que provoca que muchos pilotos las tracen "rectas" entrando por el carril de dentro. En la mayoría de estas rotondas la forma "correcta" obligaría a que todos los que van a seguir "de frente" (primera salida) entren por el carril de la derecha, lo que probablemente acabaría causando un serio problema de congestión de tráfico y dejando casi vacío el del interior, ya que en la citada avenida -pero también en muchas otras- el flujo mayoritario de tráfico es "recto".

Sin cambios de carril

La gran virtud de las "turboglorietas" es que reducen de forma drásticas los puntos conflictivos. Lo más complejo es situarse en el carril correcto antes de entrar en ellas. Una vez en su interior realizar un cambio de carril, que es lo que más accidentes provoca, es casi imposible a no ser que se traspase una línea continua. Si se ha entrado por la zona correcta, salir de ella no exige más que continuar por el carril sin temor a encontrarse a otro vehículo interrumpiendo la trazada.

Detrás del éxito que ha tenido la Concejalía de Tráfico con esta medida está probablemente su apuesta por testar la primera "turboglorieta" de la ciudad en la rotonda más conflictiva: Gran Vía con Illas Baleares. Era un punto negro, pero desde que se cambió la forma de circular los accidentes se desplomaron hasta en un 80%. Autoescuelas, taxistas, aseguradoras o la propia concesionaria del transporte público la llegaron a calificar de "acierto total".

Las "turboglorietas" contribuyeron además a poner en jaque a las bandas organizadas que provocaban siniestros en rotondas para cobrar indemnizaciones. En ellas predominan las líneas continuas, por lo que en caso de accidente queda claro quién es el culpable, algo muy difícil de determinar en las tradicionales. El Concello contempla extenderlas a Isaac Peral, Travesía de Vigo o Martínez Garrido

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