Las escuelas de ingeniería tocan a rebato. El plazo para que los alumnos de los planes anteriores a Bolonia defiendan sus proyectos fin de carrera termina el próximo 30 de septiembre y los tres centros se preparan para acoger en los próximos meses la defensa de más de 300 trabajos. Quienes dejen expirar este plazo perderán la oportunidad de obtener su título y, aunque la fecha está establecida desde hace años, Industriales, Minas y "Teleco" se enfrentan a una importante carga de trabajo.

Desde principios de curso, las tres escuelas se pusieron en contacto con los alumnos que solo estaban pendientes de leer el proyecto o que todavía tenían algunas asignaturas por superar para advertirles de la extinción definitiva de sus carreras.

La mayoría de afectados llevan años trabajando porque el proyecto no era un requisito, pero los centros se han encontrado casos de todo tipo. "Hemos avisado a más de un exalumno que lo tenía defendido y aprobado, pero que no había solicitado el título después. No se habían dado cuenta de su situación y tienen que regularizarla o se quedarán sin él. Sus empresas actuales no se lo exigen, pero las circunstancia laborales pueden cambiar y se encontrarían con que no están titulados", destaca Juan Pou, director de Industriales.

"Hemos localizado a los afectados uno por uno por correo o vía telefónica y nos hemos encontrado situaciones de lo más variopintas. Lo habitual es que estén trabajando en su ámbito, pero también hay casos de exalumnos que ahora son profesores de danza o yoga", añade Íñigo Cuiñas, responsable de la Escuela de Telecomunicación.

Calcula que en su centro se defenderán alrededor de 165 proyectos, que implican el trabajo del profesor que los dirige y la formación de tribunales para evaluarlos. "Lo estamos haciendo bien, pero si se acumulan en las últimas semanas podríamos tener un problema. Por eso estamos empujando a leer, aunque esto es algo que no depende de la escuela, sino de ellos, que ya son personas adultas y saben si les compensa tirar por la borda 5 o 6 años de estudio. Sería un esfuerzo fallido", advierte.

En Industriales se prevé una cifra similar, de unos 120 trabajos: "El proceso avanza ordenadamente. Pasó lo mismo con la ingeniería técnica y se hizo bien. En la escuela hemos llegado a acoger la defensa de 100 trabajos de fin de grado en un día. Una forma de agilizar es formar tribunales por especialidad".

La Escuela de Ingeniería de Minas y Energía ya ha aprobado este curso los temas solicitados para realizar unos 40 proyectos. Se han defendido 6 y la directora calcula que la mayoría de los 65 alumnos con los que contactaron, porque les quedaba pendiente este trámite o tenían menos de 3 materias sin superar, podrán titularse con éxito.

"Somos un centro pequeño y, aunque no estamos saturados, sí lo hemos notado. A partir de ahora empezará a haber más movimiento. Para nosotros es un volumen elevado pero asumible", asegura su directora, Natalia Caparrini.

"Mucha gente ya tenía una parte avanzada del proyecto y ahora lo ha retomado, pero puede que tengan que actualizar datos, que su tema ya no sea válido o que ya se haya hecho en estos años. Los que están trabajando, que es la situación de la mayoría, lo tiene relativamente fácil porque pueden realizar su trabajo sobre algún aspecto relacionado con su empleo y esto además siempre es muy interesante", añade.

En todo caso, los tres directores insisten en que es la última oportunidad. "El límite del 30 de septiembre está establecido por ley, no es algo que las universidades puedan decidir prolongar", destaca Cuiñas.

"Han tenido tiempo para examinarse de las asignaturas pendientes y presentar su proyecto. Los que no obtengan ahora el título tendrán que hacer el grado y, aunque les convaliden asignaturas, tendrán que cursar otras nuevas", añade Juan Pou. El director de Industriales también lanza otro mensaje: "La exigencia con los proyectos será la misma de siempre. Se mantendrá el rigor".