Pasaba nuestra fotógrafa Marta G. Brea por la calle Jacinto Benavente, bajo el albergue municipal, y su instinto la obligó a detener el coche, al ver esta imagen, que luego captó tras pedirles los oportunos permisos.

Borja, el joven peluquero tatuado, muestra su solidaridad con lo que tiene: su saber, peine y tijeras, una maquinilla a pilas, una brocha para sacudir el pelo cortado, una tela de barbero... Con una silla abandonada allí, primero se lo corta a Carlos, colombiano de 41 años que lleva 17 años en España. Y después se lo corta a Kelly, una chica norteamericana. Y luego, un bocadillo.

No todo en Vigo es el Celta, cruceros y demás... A veces encontramos escenas como estas llenas de significado. Ahí, junto al albergue.