Mientras a 350 kilómetros al sur, el Papa Francisco canonizaba a los beatos Francisco y Jacinta, en el templo vigués de Nuestra Señora de Fátima, atestado de fieles, resonaba un enorme aplauso. Fue la fórmula con la que participaron de este momento los devotos que no pudieron desplazarse al santuario luso para celebrar con el pontífice el centenario de la aparición de la Virgen a los pastorcillos. Tras una jornada de misas y rosarios, con una iglesia "llena desde primera hora", cientos de feligreses salieron en la tradicional procesión.

"Mucha gente me decía que hoy le gustaría estar en Portugal, pero aquí estamos muy unidos con el Papa, en su onda, porque toda la humanidad está pensando hoy en la vivencia de Fátima", sostiene el párroco de Nuestra Señora de Fátima y vicario general de la Diócesis, Juan Luis Martínez, y añade: "Nos unimos a ellos sentimentalmente".

En el día grande de su parroquia, para acoger a la segunda procesión con más devotos tras la del Cristo de la Victoria, el barrio lucía una imagen renovada. La humanización de este tramo de Vía Norte se aceleró para llegar a tiempo a la cita. La intermitente lluvia no impidió que los fieles manifestasen su devoción a María Santísima, en una marcha "enormemente piadosa", en la que recorrieron Travesía de Vigo y Urzáiz rezando el rosario, cantando el Ave María y contando la vida de los pastorcillos.

La Virgen salió protegida por un nuevo baldaquino e inició la marcha acompañada de paraguas. En la comitiva estaban presentes el concejal Ángel Rivas, la portavoz popular Elena Muñoz y la secretaria de Estado Irene Garrido, entre otros.

Además de la humanización del entorno, que "realza la iglesia", el recinto religioso también ha incorporado otras mejoras que lo han dejado "bellísimo", según considera el párroco. Así, el obispo bendecía el viernes el nuevo conjunto escultórico con los tres pastorcillos y el templo estrenaba por la noche iluminación. Solo falta el mural que decorará el muro del cierre con fondos marinos.