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Repsol inicia el desmantelamiento de los silos de Guixar tras 60 años de concesión

La petrolera asume el coste de la demolición de los depósitos para despejar la parcela de 4.000 m2 -El Puerto se da un tiempo para decidir el uso que dará a estos terrenos

Repsol inicia el desmantelamiento de los silos de Guixar tras 60 años de concesión

Repsol abandona el recinto portuario de Guixar. La petrolera ha iniciado el desmantelamiento de las instalaciones presididas por los depósitos en altura que en total ocupaban 4.000 m2 de una concesión concedida en 1958. Un ámbito lindante con el Puesto de Inspección Fronteriza (PIF) que la Autoridad Portuaria pensaba en principio destinarlo a almacenamiento de mercancía general pero que ahora estudiará otros posibles usos "en función de las necesidades", matizan.

Como ya había anticipado a la Autoridad Portuaria, la compañía renunció a la renovación del permiso de uso de esta parcela que venció el pasado 1 de abril. Hace años que Repsol desarrollaba en ella una actividad mínima, "casi simbólica", aclaran desde Praza da Estrela. Sin embargo, la negociación de los términos de esta retirada de Guixar no estuvo exenta de dificultades. Como principal discrepancia, el coste del adecentamiento de los 4.027 m2 de superficie. A la demolición de los silos, esos dos gigantescos cilindros metálicos que destacan en el paisaje portuario, hay que sumar la compleja desinstalación de todo el entramado de conducciones de trasvase de combustible. La intención de la petrolera era pasarle la factura de estos trabajos al Puerto o que fuera esta institución la encargada de ejecutarlos. "Finalmente lo hacen y lo pagan ellos", apuntó ayer el presidente Enrique López Veiga.

En virtud de lo pactado, la petrolera tendrá que dejar el terreno en el estado que presentaba hace casi 60 años, es decir lóbrego. Para completar esta operación, los técnicos portuarios estiman un mes como máximo. A partir de ese momento será cuando la Autoridad Portuaria se pondrá a estudiar el próximo destino de esta parcela. Y a este respecto, el presidente reconoce ahora sus dudas, lo que choca con lo afirmado hace un año. Entonces, sabiendo de la intención de Repsol de abandonar Guixar, López Veiga se frotaba las manos por cuanto daba por hecho que habría más empresas dispuestas a ocupar esta concesión. "Pero desde entonces ha cambiado la situación. Antes teníamos escasez de espacios y ahora, por desgracia, no", razona. Como prueba, el concurso de espacios para almacenar carga en uno de los laterales de la nave del Tinglado, que acabó sin ninguna oferta.

Ante esta nueva realidad, el presidente quiere analizar con calma el futuro de la estratégica parcela que deja libre la petrolera. Solo tiene claro que el primer planteamiento, el de reservarla para una hipotética ampliación de PIF, sigue descartado dado el enfrentamiento que mantiene el Puerto con los inspectores de este puesto aduanero, a los que culpa del desvío de mercancías a Leixões.

Muy cerca de los silos de Repsol se encuentran otros de una altura mayor, los de la cementera Tudela Veguín. Esta compañía también se plantea derribar al menos dos de estos depósitos, los más viejos, para levantar en su lugar uno nuevo.

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