Un padre y su hijo confesaron ayer en un juicio en Vigo que se dedicaban a vender cocaína "en pequeñas cantidades" a consumidores, asegurando a continuación que están arrepentidos de esta actividad ilícita. "Me di cuenta de que no es una cosa buena", afirmó el progenitor. Un tercer acusado que adquiría droga a los anteriores negó que se dedicase al narcotráfico, concretando que la compraba para "consumo propio".

El juicio comenzó ayer en la Audiencia viguesa. Tras los interrogatorios a los acusados, se renunció a los testigos que estaban citados para la jornada y la vista oral proseguirá hoy con la declaración de varios policías que llevaron el caso. La Fiscalía pide en su escrito provisional 4 años de cárcel para Carlos Emilio C.S. y su hijo Carlos Eduardo C.R., originarios de Brasil, y 5 años y medio para Ramón Andrés F.B., Moncho, al aplicársele la circunstancia agravante de reincidencia: fue sentenciado por última vez en 2014. Dada la confesión de los dos primeros, es probable que el Ministerio Público rebaje con respecto a ellos su solicitud inicial de condena. Ambos declararon que están a tratamiento para desintoxicarse.

La fiscal relata en su escrito que padre e hijo vendían cocaína en pequeñas dosis a personas que se acercaban a su domicilio, concretando varios intercambios en noviembre y diciembre de 2015 con consumidores que acudieron hasta allí en sus vehículos y en un caso en un taxi. El otro acusado le compraba a los anteriores y, a su vez, presuntamente también traficaba con heroína. En el registro a la vivienda del progenitor y su hijo apareció droga, dinero en efectivo -más de 10.000 euros- y útiles utilizados en el tráfico de drogas. El único que no confesó fue Ramón Andrés, señalando que compraba la droga ya que consumía esporádicamente. Afirmó que en esa época vivía en un piso en García Barbón son sus padres.