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Seis vigueses fueron víctimas de raptos virtuales alertados desde cárceles sudamericanas

Recibieron llamadas de falsos secuestradores que decían tener retenidos a algún familiar - Reclaman bajos rescates para alentar su pago

Seis vigueses fueron víctimas de raptos virtuales alertados desde cárceles sudamericanas

Una voz con marcado acento sudamericano alerta al interlocutor que está siendo víctima del secuestro de un familiar . En esta comunicación se le pide que acuda de forma inmediata a un local desde el que poder enviarle el dinero. La cuantía del rescate es baja para alertar el pago y la advertencia de no dar parte a la Policía pone fin a una comunicación en la que, de fondo, no dejan de escucharse llantos o gritos. Este relato corresponde al modus operandi de los secuestros virtuales, falsos raptos de los que el año pasado seis vigueses fueron víctimas. Reconocen fuentes policiales que son un ilícito poco común en la ciudad aunque no eximen que cada año se registren varios casos; si bien la mayoría resultan frustradas y las víctimas no llegan a enviar dinero alguno, por lo que queda en meras tentativas.

Estas llamadas se secuestros suelen partir de cárceles sudamericanas, especialmente Chile - desde donde se ha detectado un mayor número de casos a nivel nacional-, y son bandas organizadas las que desde el interior de prisión y a través de un listín de llamadas seleccionan una población al azar. El año pasado fueron varios vecinos de Coia los que recibieron las llamadas de falsos secuestradores reclamando un rescate por sus hijos o familiares. ¿Y cuánto reclaman este fraudulento secuestrador? Bajas cantidades para alentar el pago y no darle tiempo a reaccionar a la víctima. En ocasiones la cifra inicial suele rondar los 1.000 euros e incluso van bajándola hasta los 100 o 300 euros, ya que lo que buscan con estos secuestros virtuales no es una estafa, sino un método de autofinanciación en prisión.

Redes sociales

Aunque esta es la forma de actuar que emplean habitualmente, fuentes policiales constatan que no siempre emplean listines telefónicos para captar a sus víctimas. Muchos grupos se valen de redes sociales, en especial Facebook, en las que entablan conversación con hasta 200 personas a la vez, así se generan su propia base de datos. De esta forma van creando contacto con ellos, se hacen pasar por otras personas para ganarse su confianza y logran captar datos sobre sus víctimas: número de hijos, lugar de residencia, cafetería favorita, etc, información que luego emplearán para extorsionar a la persona. "Se trata de una técnica en la que la gente termina cayendo muy fácilmente, sin embargo cuando le haces muchas preguntas e intentas ponerlos contra las cuerdas terminan colgando", aseveran fuentes de la Policía Nacional de Vigo.

Estos secuestros virtuales, además de falsos, son express, es decir, el supuesto captor pide que el ingreso monetario se realice de forma inmediata en un locutorio, de ahí que la cantidad exigida sea baja, lo que facilite que se pueda reunir el dinero de forma rápida.

Cuando los agentes reciben la alerta de una víctima, se informa de la situación al grupo de Delitos Tecnológicos, que son los que realizan una comprobación sobre la veracidad o no del secuestro. Recientemente, en 2015, caía una red que operaba desde una cárcel de Santiago de Chile con hasta cuatro intentos perpetrados en Galicia, Vigo, Vilagarcía, Ourense y Lugo. En poco más de dos meses la Policía habría recibido 162 denuncias por toda España, de las que solo el 10% de ellas llegaron a consumarse el pago del rescate solicitado.

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