El partido se semifinales de la Europa League entre el Celta y el Manchester United que se dispurará el próximo jueves (21.05 horas) no sólo pondrá a prueba al conjunto celeste, sino también a la ciudad y, particularmente, a las fuerzas de seguridad. Vigo recibirá la que será una de las avalanchas de aficionados más grande de su historia: más de 1.300 hinchas ingleses que se prevé que lleguen entre el miércoles y el jueves a primera hora. Y, aunque todos confían en que no sea más que una fiesta deportiva, los temores por posibles altercados son inevitables. Los hosteleros del Casco Vello han sido de los primeros en formalizarlos y en pedir medidas "extraordinarias" para reducir riesgos y "blindar" la zona antigua para prevenir altercados.

El casco antiguo se ha convertido en uno de los centros neurálgicos de "quedada" de aficiones visitantes y los empresarios temen que con la llegada masiva de hinchas ingleses se puedan repetir episodios como los que ya padecieron esta temporada con aficionados del Ajax en la Plaza de la Constitución. Por ello, no sólo han solicitado que se refuerce la presencia policial -algo de lo que, por otra parte, están convencidos que ya está previsto por las fuerzas de seguridad- sino que han dado un paso a mayores y se han reunido con responsables del Concello para pedir una serie de permisos encaminados a reducir riesgos. Entre ellos -consensuado por los locales de Plaza Constitución, Princesa y Colegiata- está el de poder instalar barras en la puerta de los locales que les permita retirar sillas, mesas y cualquier otro elemento de terraza que pueda acabar empleándose como "arma arrojadiza" en caso de que se acaben produciendo altercados. "Sabemos que no tiene porque pasar nada, pero ¿y si pasa? Estamos preocupados porque no es fácil controlar a grupos tan grandes y más cuando se trata de una afición con el perfil de la inglesa. Es evidente que hay un riesgo por encima de la media", considera Omar Fares, responsable de uno de los locales de Plaza de Constitución y que ha encabezado esta demanda que -asegura- cuenta con el apoyo de los hosteleros de la zona. De hecho -agrega- sus miedos son de tal calado que no descartan llegar a cerrar los locales si ven que la seguridad no está garantizada. Y no serían los primeros. Un céntrico local de Vigo ya tomó esta medida tras producirse altercados en su interior con aficionados holandeses del Ajax.

Con el mismo objetivo de prevención han pedido también al Concello que habilite baños en el entorno del Casco Vello lo que, junto con las barras, les permitiría no dejar acceder al interior de los locales. "Queremos evitar el mayor número de daños posible, tanto físicos como materiales. Y en esta zona quedamos muy expuestos. Tanto, que si se producen cargas policiales los propios establecimientos se convierten en lugar de refugio. Con ello no queremos crear una alarma, solo prevenir males mayores", anota Fares.

Policía Nacional

Las fuerzas de seguridad de ambos países trabajan en la coordinación del dispositivo desde el mismo día del sorteo. A expensas de que el próximo martes se celebre la última reunión y se dé todo por cerrado, la comisaría ya sabe el número de agentes nacionales que se destinarán: más de 300. "Evidentemente es un partido de alto riesgo y como tal se está trabajando", apunta Luis Gallego, comisario jefe de Vigo de seguridad ciudadana. "Solo en partidos contra el Deportivo o en huelgas del metal, por ejemplo, se ha llegado a este nivel de prevención", ejemplifica. Por lo pronto, ya tienen constancia de la llegada de varios grupos en aviones que llegarán a Vigo el miércoles. Pero además, tienen el punto de mira también en Oporto y Santiago. "Todos se escoltan", señala. Gallego reconoce que el Casco Vello será uno de los "puntos calientes" y que, como en anteriores ocasiones, se extremará la vigilancia. A ella se sumará la Policía Local. Este periódico intentó ayer, sin éxito, conocer el número de efectivos que destinará el próximo jueves. "Depende de las instrucciones de la Policía Nacional", justifican.