Jesús Aguayo, responsable de Dignidad Vigo, se mostró ayer visiblemente molesto por lo que considera una "persecución" por parte de "quienes vienen a exigir pero no nos dan ni un duro". En su defensa de la situación en la que se encuentra el albergue aseveró que "los problemas que tenemos aquí ya los conozco, lo que necesito son soluciones y no que me digan lo que está mal". Así, remarcó que a diario duermen en el local medio centenar de personas y entre 4 y 6 mujeres y que se dan 33.000 comidas al año "sin ninguna ayuda de las instituciones, todo sale de nuestros bolsillos". "Hoy (por ayer) nos han tratado como delincuentes, trabajamos con lo que tenemos, no hay más, lo hacemos por responsabilidad. Para nosotros lo más fácil es cerrar la puerta y dejar en la calle a estas cincuenta personas, debajo de un puente a nadie le preocupa si hay salidas de emergencia", aseveró Aguayo, que no ahorró en calificativos por lo ocurrido. "Esto es vergonzoso, bochornoso", afirma.