La Policía Local de Vigo ha detectado problemas en la seguridad y salubridad en el albergue que la asociación Dignidad gestiona en el barrio del Calvario desde hace quince meses y en el que pernoctan a diario más de medio centenar de personas. Entre las irregularidades detectadas están concentraciones de gas superiores a lo permitido, habitáculos con rejas y sin salidas de emergencia, ausencia de extintores, alimentos caducados y mordidos por las ratas o medicamentos también caducados. El informe se trasladará a Urbanismo y a los servicios jurídicos, que decidirán qué medidas se van a adoptar al respecto de este local que no ha sido precintado.

Agentes de la Policía Local de Vigo acudieron ayer para una inspección rutinaria a las instalaciones, situadas en la calle Toledo, para comprobar si se había solicitado ya la licencia para ejercer actividad y mejorado las condiciones higiénico-sanitarias detectadas en intervenciones anteriores realizadas las quejas de vecinos por cuestiones de inseguridad ciudadana en el barrio como peleas, tráfico de drogas, personas ebrias, orinas en portales o coacciones a vecinos para permitirles el acceso a sus viviendas.

En la visita, el gerente de la asociación, Jesús Aguayo, mostró voluntariamente las instalaciones tras admitir que no ha solicitado todavía la licencia correspondiente en Urbanismo. En la cocina, señala el informe policial, se detectó "un fuerte olor a gas" por lo que se solicitó la presencia de un técnico que comprobó que la concentración de gas era siete veces superior al valor permitido, con un riesgo de deflagración elevado.

Los agentes también pidieron la presencia del responsable de Bomberos, que decidió realizar un informe "sobre las numerosas deficiencias y el alto riesgo que presentaba el local", en el que existe un dormitorio con 5-6 literas para mujeres, otro de hombres con 40 literas además de colchones extendidos por el suelo. "El habitáculo es una ratonera con rejas en las ventanas y sin puertas de evacuación de emergencia", prosigue el documento, que detecta la "ausencia de extintores y alguno caducado", ante lo que el responsable asegura que "este mismo lunes gastamos casi 400 en botellas contra incendios".

Aguayo informó de que en las inmediaciones se encuentra una nave a disposición de la ONG, concretamente en Irmáns Quintela, con mil metros cuadrados donde los agentes comprueban que se almacenan "toneladas de enseres" como ropa, colchones y muebles. También un taller de soldadura, un taller de pintura y otras maquinarias donde se aprecia "un grave riesgo de incendio". Asimismo, los agentes localizan otro calentador de agua caliente "cuya medición de gas vuelve a estar en los parámetros del anterior y a su alrededor tres camas".

Las incidencias no terminan ahí ya que el informe alerta también de la presencia de un banco de alimentos con "productos lácteos sin refrigerar, algunos caducados y otros que presentan señales de haber sido mordidos por ratas o ratones, así como las heces de dichos roedores por encima de tales productos". Dos técnicas del departamento de Sanidad de la Xunta, que acudieron a petición de la Policía, levantaron acta y precintaron determinados alimentos.

También acudieron otras dos técnicas de Sanidad Exterior ya que tras el recorrido se detectó un almacén de medicamentos usados, nuevos y caducados que según el gerente "se entregan a las personas necesidades que no tienen medios económicos". A Aguayo se le comunica que no puede almacenar medicamentos sin autorización y posteriormente los productos de esta "farmacia solidaria" fueron incautados también para efectuar una valoración en los próximos días para determinar si se trata de una infracción administrativa a la ley de sanidad o un delito contra la salud pública.