La historia de la bicicleta aparca en Vigo desde el próximo viernes y durante todo un mes. Será a través de una exposición con más de 50 reliquias entre las que destacan varios velocípedos del siglo XIX, clásicas inglesas y portuguesas, una espectacular variedad de "Orbeas", una impecable colección de focos de carburo e incluso una bicicleta tuc tuc de la india, entre otras piezas de colección. Todo ello se podrá contemplar en una sala de 200 metros cuadrados preparada para tal efecto en la primera planta del Centro Comercial A Laxe. Está organizada por la asociación A Golpe de Pedal dentro de las actividades de "A Pedaliña 2017" y la entrada será libre.

La agrupación viguesa ha logrado reunir varias colecciones privadas que no dejarán indiferente a los que se acerquen a la muestra. Entre ellas está la del nonagenario Luis Molist, quien ha cedido desde un celerífero construido por él, una bicicleta de 1926 utilizada en la grabación de la serie "Los gozos y las sombras" o su joya más preciada: una espectacular colección de faros de carburo, acetileno e incluso de vela "única en España".

Las bicicletas más antiguas son las del pontevedrés Manolo Pazó. Se trata de varios velocípedos que heredó de su abuelo. Uno de ellos, de finales del XIX, fue fabricado por él. "Vivía en Vigo y lo construyó para ir a visitar a su novia, que era de Redondela", recuerda su nieto.

Más actuales, aunque no por ello menos espectaculares, son las Orbea de Antonio Pino. Un vigués al que la pasión por las bicicletas antiguas le llegó hace solo cinco años. Ahora cuenta con casi 60 unidades, prácticamente todas de esta popular marca. Tiene tantas y tan diferentes que ha podido crear varias "islas" dentro de la exposición. Una, la de los oficios, con cuatro bicis de carteros, médicos, afiladores y lecheros que seguramente traerán grandes recuerdos a los más nostálgicos. Otro apartado lo ha reservado para las plegables de los años 70 y sus Vivanti, modelo del que cuenta con diez unidades. "Creo que soy el único en España que tiene una colección de tantas y en el estado en el que están", presume.

Curiosa es también la bicicleta Orbea del Regimiento de Murcia del 42 que ha aportado el pontevedrés Ramiro Lorenzo. "La conseguí en 1978 cuando hice la mili en Barreiro. Un día nos llamaron para vaciar unos desvanes, la vi y pedí permiso para cogerla. Aquello iba todo para la basura", recuerda. Se trata -relata- de la bicicleta que utilizaban entonces los denominados "enlaces", que eran las personas que iban a a hacer recados en la mili. Como curiosidad, destaca que en lugar del distintivo de Orbea, en el guardabarros aparece el escudo de Vigo y, en lugar de Orbea, el de Ciclos Delio. "Antiguamente se colocaba más el de las marcas comerciales que el del fabricante", apunta.

Pero la muestra también tiene representación internacional de la mano de varias unidades portuguesas e inglesas del Club de Bicicletas Antigas Marinhas (Esposende), quienes promocionan su Encuentro Nacional Nocturno de bicicletas antiguas (1 de julio).

El éxito de la muestra antes incluso de su inauguración ha llevado ya a la asociación viguesa A Golpe de Pedal a pedir al Concello que habilite el Verbum para crear un museo de la bicicleta. "Algunas de estas colecciones puede acabar fuera de Galicia si no se consigue un espacio", advierten.