La construcción del modelo instrumentado es la fase más sensible del estudio de las cargas aerodinámicas. Los técnicos del InsInstituto Universitario de Microgravedad "Ignacio Da Riva" invirtieron casi un mes en sus talleres para levantar la maqueta de la grada de Río siguiendo con fidelidad los planos del arquitecto Pedro de la Puente. La estructura es de madera y se han hecho modelos virtuales tridimensionales para diseñar cada sector de la cubierta que luego se imprimió en 3D y a los que se fueron colocando manualmente los casi 300 sensores que permiten estudiar el comportamiento de la maqueta una vez que empiezan a simularse vientos de muy diferente intensidad para garantizar su resistencia ante los temporales.

"Lo ideal es que los ensayos se hagan cuando el proyecto de arquitectura está cerrado, de modo que puedan alimentar a los ingenieros de estructuras para sus cálculos. Esto es un criterio técnico independiente de los plazos de adjudicación", explica el responsable de la prueba, Sebastián Franchini.

Estos estudios "rara vez provocan modificaciones en el proyecto", matizan desde La Politécnica de Madrid, que apunta que sus datos una vez procesados ayudan a los ingenieros civiles "para que la estructura resistente de la edificación -cubierta, edificio y puente- pueda calcularse adecuadamente".