Uno de los grandes retos que tiene ante sí el Náutico es sacar la máxima rentabilidad a su puerto deportivo. De los 896.600 euros que ingresó el club el año pasado a través de ventas y actividad mercantil, 521.100, casi el 60% del total, procedieron de la comercialización de esas dársenas o la venta de productos para sus usuarios. El alquiler de amarres fue de hecho la segunda fuente de ingresos del Náutico, solo por detrás de las cuotas de socios y abonados. Este año las cuentas elevan esa partida a 524.000, por encima de lo que prevé ingresar el club a través de la hostelería.

Para alcanzar ese objetivo y que el puerto aporte cada vez más fondos a las arcas del Náutico es fundamental avanzar en su comercialización. En la actualidad el club ha logrado ocupar 125 de los 168 amarres que ha modernizado en los últimos años, lo que supone casi el 70% del total. En concreto, se han alquilado 93 plazas de las 147 que se han modernizado en la dársena de A Laxe y otras 32 de las 35 reformadas en As Avenidas. En esta última lámina de agua hay otras 43 embarcaciones que usan amarres antiguos, los que empleaba el club antes del proyecto de reforma que emprendió en tiempos de su expresidente Franco Cobas.

En total el Náutico proyecta habilitar 287 plazas para embarcaciones. Antes de avanzar en la reforma, sin embargo, el club quiere alquilar todas las plazas que ya ha modernizado en los últimos años y tiene ahora en alquiler. Al igual que ya hizo la anterior junta directiva, su planteamiento pasa por seguir con la modernización por fases. Desde que empezó el año el Náutico habría logrado cerrar una decena de nuevos contratos para el alquiler de plazas.

Del más de medio millón de euros que prevé ingresar el club este año por sus amarres, aproximadamente la quinta parte, unos 105.000 euros, proceden de plazas alquiladas por un plazo de 10 años. Otros 260.000 llegan de otros arrendamientos.

Para atraer el interés de los propietarios de embarcaciones, el club ha aplicado en los últimos años varias ofertas y rebajas de tarifas. Desde hace tiempo la sociedad insiste sin embargo en que para avanzar en la comercialización de sus dársenas es fundamental disponer de plazas de aparcamiento. A pesar de que es una cuestión que lleva años sobre la mesa y de que las sucesivas directivas del Náutico se han reunido tanto con el Consorcio de la Zona Franca como con la Autoridad Portuaria para abordar esa necesidad, aún no se ha solucionado.

Desde la actual junta del club, que lidera Justo González Ballesta, se apunta que los ingresos obtenidos a través del puerto deportivo van según lo estimado y llegan a mejorar los cálculos iniciales. "Su rentabilidad cumple con las mejoras previstas e incluso las supera", apunta la entidad, que anota además la buena marcha de los servicios de hostelería: "También cumple con las previsiones".

Tras encadenar años con pérdidas, el club logró cerrar 2016 con números positivos: un superávit de 21.900 euros. Este año los presupuestos contemplan consolidar esa nueva tendencia y alcanzar un beneficio de 45.000 euros. La deuda heredada y que arrastra la entidad desde hace años le obligó a declararse en concurso en octubre de 2016, aunque la directiva mantiene un mensaje optimista e incide en la absoluta viabilidad del club.