Administraciones, Universidad, instituciones científicas y colectivos ciudadanos coinciden en que la ETEA está llamada a convertirse en un referente internacional del I+D marino dada la concentración de investigadores que reúne Vigo y el alcance de sus estudios, así como por la privilegiada ubicación de la antigua escuela militar. S

in embargo, las desavenencias políticas han frustrado este sueño desde hace una década. La decisión de Abel Caballero de enviar a Zona Franca dos convenios claves para el proyecto darán vía libre al plan.

Tras su cierre en el verano de 2002, Defensa vendió el recinto a Zona Franca dos años después. Y en 2007, el presidente Pérez Touriño pisaba la Plaza de Armas de la ETEA para presentar ante centenares de invitados la Ciudad del Mar, uno de los proyectos estrella del bipartito.

La inversión ascendía a 130 millones de euros, incluida la compra de los terrenos a Zona Franca, para poder construir un ambicioso complejo de investigación marina dotado de una base de buques oceanográficos.

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El Consello de la Xunta aprobó el convenio en diciembre de 2008 y Vigo volvió a acoger un acto multitudinario, aunque esta vez en la Fundación Barrié. Pero la llegada del PP a la Xunta tras las autonómicas de 2009 frustró todas las expectativas. Feijóo se justificó en la situación económica y criticó que sus antecesores no habían dejado ni un euro para la transformación de la ETEA.

Es entonces cuando la Universidad de Vigo asume el liderazgo y propone la creación del Campus del Mar, una macroagrupación de científicos gallegos y del norte de Portugal con sede institucional en la antigua escuela militar. Durante el proceso de elaboración de esta propuesta para concurrir al programa de excelencia del Ministerio de Educación, la Xunta compromete su apoyo a la institución olívica pero sin asegurar en ningún momento que podrá disponer de la ETEA.

El Campus del Mar logra el sello de excelencia en octubre de 2010, estatus que refrenda de forma definitiva en diciembre de 2015. Cinco años durante los que la Universidad reúne a más de 3.000 investigadores y pone en marcha una escuela internacional de posgrado, entre otros objetivos alcanzados.

Pero la presencia en la ETEA sigue sin ser posible en todo ese tiempo debido a la falta de acuerdo con la Xunta para disponer de los terrenos de forma gratuita.

Así las cosas, Zona Franca decide implicarse en el problema y el año pasado plantea comprar por 5,5 millones de euros los terrenos que ya le había vendido en su día a la Xunta. Caballero se opuso a esta operación desde el principio al entender que es un "regalo" de la ciudad a Feijóo, pero finalmente se ha mostrado dispuesto a pactar y la presencia del Campus del Mar en la ETEA comienza a vislumbrarse más cerca.

El plan sectorial aprobado en 2002 por la Xunta concede a la Universidad dos parcelas de uso científico-tecnológico que suman 34.400 m2 y en las que se encuentran los edificios Faraday y Siemens.

El primero de ellos acogerá la sede corporativa del Campus del Mar y de la escuela de doctorado y, para poder asumir las obras, el Rectorado ha pedido fondos europeos. Por su parte, Zona Franca invertirá 3 millones en el Siemens para ubicar un vivero de emprendimiento enfocado al mar y el Centro de Innovación Gastronómica de Galicia.