La leche humana es el alimento más adecuado para los bebés. Tiene más nutrientes que los sucedáneos y aporta anticuerpos y otras sustancias que protegen la salud del niño, pero también tiene importantes beneficios para la de la madre y favorece el vínculo afectivo entre ambos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y, complementada con otro tipo de comida, por lo menos, hasta los dos años. En el área sanitaria viguesa, la mitad de las madres siguen la primera y una de cada cuatro, también la segunda. El porcentaje es mayor que la media española, pero aún está lejos de lo aconsejado.

Esta es la fotografía que ha revelado el estudio que profesionales de seis centros de salud -Nicolás Peña, Rosalía de Castro, Bembrive, Sárdoma, Tui y Moaña- acaban de publicar en la Revista Española de Salud Pública sobre "Prevalencia de lactancia materna en el área sanitaria de Vigo". Para él, entrevistaron a 431 familias en 2013 y 2014. Casi el 70% le dio el pecho a la hora del nacimiento, pero el porcentaje descendió al 50% a los quince días, una tasa que está por debajo de la media española -del 66% a las 6 semanas, según los datos recogidos por la Encuesta Nacional de Salud-. Sin embargo, el escenario se invierte a los seis meses. La mitad de los bebés vigueses de esa edad siguen alimentándose solo con la leche materna, casi el doble que en el conjunto de España.

Entre el año y el año y medio, algo más de un tercio de las madres siguen amamantando a sus pequeños, compaginado con otros alimentos. En Inglaterra, uno de los países con peores ratios, solo lo mantienen una de cada 200 madres. En cambio enel área viguesa, a los dos años, son una de cada cuatro. En este punto se observa una diferencia entre las familias de la zona rural y de la urbana. La tasa es más elevada en la primera: un 46,4% frente a un 14,9%. El pediatra José Medina Pomares, uno de los firmantes del estudio, explica que puede deberse a que, fuera de la urbe, la crianza suele ser más natural. De todos modos, cree que la distancia "no debería ser tan exagerada". Lo atribuye a que los considerados rurales en el trabajo son centros donde "se trabaja mucho la lactancia".

El doctor Medina cuenta que la práctica de dar el pecho se desplomó en los años 60 con la aparición de los sucedáneos y, en la actualidad, está empezando a resurgir, después de que organismos como la OMS reconocieran las bajas tasas como un problema de salud pública y se propusieran promoverla.

Son muchos los factores que influyen a la hora de dejar de amamantar: desinformación, cuestiones individuales, socioculturales -como el tabú de dar el pecho en público- o políticos, entre otros. En este último caso, el doctor Medina constata como la reincorporación de la madre al trabajo es uno de los más importantes. "Muchas lo dejan al finalizar la baja porque los horarios no son fáciles. Les enseñamos técnicas para que se saquen leche, pero lo mejor sería alargar la baja, como mínimo, hasta los 6 meses que recomienda la OMS de lactancia materna exclusiva. Es un tema de salud pública", defiende.

Otra de los factores es el sanitario, en cuanto a que el personal cuente con la formación adecuada para ayudar a la madre. El centro de salud Nicolás Peña fue pionero en adherirse a la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (IHAN) de la OMS. Hoy son cinco los ambulatorios gallegos inscritos y todos del área sanitaria viguesa. Han preparado a todo el personal, incluidos a los administrativos, que tratan las dificultades del bebé para coger el pecho casi como una urgencia a la hora de dar citas: "Hayque resolverlo en el día".