Un pequeño arbusto sobresalía de la silueta de Iglesia de Santiago de Vigo, en pleno corazón de la ciudad. La rama, que brotó hace dos inviernos en el campanario del templo, ya es historia.

Esta mañana, una gran grúa se apostó en la acera de García Barbón, ante el edificio religioso para proceder a su limpieza. "Llevábamos un año esperando permiso del ayuntamiento", se quejó José Antonio Marzoa, el párroco.

Las labores se limitaron a esta mañana, ya que tan solo se trataba de despejar el campanario de la vegetación que enturbiaba la imagen del templo y que era perfectamente visible desde la calle.

Según Marzoa, las tareas de mantenimiento en el exterior del templo son periódicas, sin embargo, esta intervención se había retrasado más de lo habitual.