En Espacio Nido han creado una pequeña familia desde que abrieron sus puertas en 2012. Fueron el primer centro coworking de Vigo y de Galicia y arrancaron con 10 puestos de trabajo que han incrementado hasta los actuales 22. Ramón Viéitez, Alberto Cabral, Iria Rivas y Noemí Díaz están detrás de este proyecto que en su día fue pionero también al elegir ubicación. Fueron los únicos que solicitaron ocupar dos locales del Consorcio Casco Vello en Ferrería cuando se iniciaba la rehabilitación de la calle. Han ayudado a superar cualquier estigma y hoy presumen de una céntrica posición que facilita a sus inquilinos realizar todo tipo de gestiones en alguna administración o con los bancos.
El local acoge a cuatro pymes y profesionales independientes y de la colaboración entre varios de sus coworkers han visto nacer Catro Ventos Editora, una cooperativa de trabajo asociado sin ánimo de lucro. Ofrecen puestos fijos individuales o compartidos y sala de reuniones. Aunque trabajar con otras personas en una misma oficina sonaba extraño hace cinco años, hoy es una fórmula que funciona y enriquece a todos los participantes. "Aquí nos nutrimos unos de la experiencia de los otros. Compartimos conocimientos e ideas de forma natural. Es algo que fluye y que los promotores promovemos con actividades en grupo y presentaciones de los proyectos de cada uno", explica su portavoz, Ramón Viéitez.
Estos centros no ofrecen privacidad, pero sus promotores aseguran que cada vez hay más profesionales que valoran sus grandes ventajas y filosofía de trabajo por encima de los inconvenientes. "El coworking es la mejor fórmula para alguien que empieza y solo cuenta con recursos propios", defienden sus impulsores. No pueden avanzar cómo será su futuro a medio plazo debido a la inestabilidad del mercado laboral y de los perfiles que se demanda, pero por ahora son optimistas.
