La catedrática de Filosofía Mercedes Oliveira Malvar, conocida por su círculo cercano y sus alumnos como Chis, imparte clases en el instituto Alexandre Bóveda. Admite sentirse "abrumada" por el premio de Viguesa Distinguida, que recibe como un reconocimiento a una trayectoria educativa "alternativa" que la ha llevado a convertirse en un referente en el campo de la educación sexual.

- No es el primer premio que le conceden pero este es el primero que recibirá en casa, ¿se ve de modo diferente?

-Sí, en tu propia ciudad es muy emocionante. He tenido otros premios y muchas veces la gente de aquí ni siquiera se enteraba. Pero con éste se entera todo el mundo y rompe con la idea de que nadie es profeta en su tierra. Yo sí puedo decir que he sido profeta.

- ¿Se ha hecho ya a la idea de ser Viguesa Distinguida?

-Estoy en ello aunque todavía un poco abrumada. Es muy bonito y gratificante porque creo que es también avalar una manera de hacer educación un poco alternativa al uso. Yo la entiendo como una formación integral para fomentar la autenticidad personal, el proyecto de vida y la calidad humana. Mi tarea es formar en filosofía, en valores morales y todo esto está fuera del marco que nos proponen las autoridades educativas ahora mismo, por eso celebro este premio, que se reconozca esta tarea alternativa al modelo.

- ¿Cuál es ese modelo?

-A cualquier madre o padre le preocupa que sus hijos tengan buenas notas en matemáticas o saquen la selectividad y a veces desatienden que estén bien acomodados socialmente con sus amistades, con sus parejas, que tengan una sexualidad sana, relaciones amorosas enriquecedoras y no tóxicas o de maltrato. Yo trabajo en esa línea y lo hago en la enseñanza pública como defensora de ésta y de la igualdad de oportunidades.

- ¿Se ha encontrado con muchos obstáculos durante su carrera?

-Realmente nunca he tenido ningun problema y, es más, siempre me he sentido muy reconocida en mi tarea y creo que si otros docentes lo vieran harían practicas más alternativas. Yo llevo treinta años haciendo educación sexual y aún no se hace pero al menos hay cierta tolerancia. Hace años la gente me alertaba del peligro de denuncias, de los riesgos? y lo único que he recibido siempre de las familias fueron agradecimientos porque ven el resultado en sus hijas e hijos y es una tarea que no hace prácticamente nadie. Enseñas a crecer, a pensar en una etapa como es la adolescencia, de mucha búsqueda y hay que abrir la mente y cuestionar estereotipos.

- ¿Ha evolucionado la educación sexual durante estos treinta años?

-Hemos avanzado en igualdad, las mujeres tenemos un mundo con más posibilidades. Eso es innegable pero por otro lado está la sexualización de las mujeres, una especie de tiranía de la belleza. Otra parcela que queda por cubrir son las relaciones porque las mujeres son muy independientes pero cuando se enamoran se atontan un poco. En ese sentido estamos un poco anticuadas y lo mismo ocurre en el campo de la sexualidad, que es una tarea pendiente, sigue siendo una sexualidad de cara a ellos, de complacerles y ellas sentirse objetos de deseo y no sujetos.

- Es una obviedad decir que queda mucho por hacer en la educación en ese sentido.

-Muchísimo, pero no solo en educación sino que educa toda la tribu. Tenemos mucho que hacer todos, desde las familias, los medios de comunicación o los diseñadores de cómic... La tarea, o es global o no funciona.

- Ha llegado ya muy lejos en su carrera... ¿le queda algún objetivo por cumplir?

-El proyecto que más me entusiasma es relanzar el Comando da Igualdade que creé en el instituto hace años. Me llaman de muchos sitios para dar charlas y muchas veces ofrezco que hable este comando, que son chicos y chicas que hacen sus propias reflexiones. Eso es la bomba porque el grado de comunicación y de catarsis que consiguen cuando hablan a sus iguales no es comparable. Es revolucionario y es la mejor sintonización con el cambio social que puede darse pero para que se produzca hay que promoverlo. Espero conseguir que siga adelante cuando yo no esté trabajando o cuando ellos estén en otros puestos de trabajo o estudiando.