El mejor amigo del hombre está muy presente en Vigo. Eso sí, en menor medida que en otras urbes vecinas. Aunque por volumen de población Vigo es, de lejos, el municipio de Galicia con mayor número de perros -unos 32.000- la proporción de canes por vecinos es aquí bastante más baja que en las otras urbes de la Comunidad Autónoma, como Pontevedra u Ourense. De hecho, solo A Coruña tiene una proporción menor.

El registro de canes que lleva la Consellería de Medio Ambiente revela que en Vigo hay inscritos 31.980 canes, lo que supone unos 109 por cada mil vecino. El dato está muy por debajo del que se anota en Pontevedra, donde -con un censo de 12.023 perros- la incidencia es de 146 canes por cada millar de empadronados. O en Lugo, municipio en el que la proporción es de 145 animales. También Ferrol (130), Santiago de Compostela (122) y Ourense aventajan a Vigo, aunque en cualquiera de estas ciudades el censo que elabora la Xunta anota una población menor de canes. El listado lo cierra A Coruña, donde hay apenas 85 perros por cada mil ciudadanos.

A pesar de esas proporciones, en Vigo hay inscritos 11.200 canes más que en la urbe herculina, más del doble que en Ourense y bastante más del triple que en Pontevedra o Ferrol, localidad esta última en la que el censo de la Consellería de Medioambiente contabiliza poco más de 68.300 perros.

En los últimos años el Concello de Vigo ha planteado medidas para atender al creciente número de familias con perros que residen en el casco urbano. El año pasado, por ejemplo, anunció su intención de autorizar la presencia de canes en los arenales de Toralla y Canto da Area. Con esa decisión el Consistorio busca responder las demandas de los propietarios, que desde hace tiempo reclaman un espacio en el que poder pasear a sus mascotas entre junio y septiembre. La ordenanza sobre el disfrute de los arenales, aprobada en 2010, prohibe la presencia de canes en las playas entre esos tres meses, salvo los que sirvan de guía o servicio.

En el verano de 2012 el Concello habilitaba también un parque canino en el paseo Joaquín García Picher, situado en Beiramar. El espacio, de 470 m2, se abrió para que los dueños de los canes pudiesen soltarlos entre las seis de la mañana y medianoche.

El aumento de la población de canes llevó a crear un censo de animales potencialmente peligrosos en 2002. Su evolución demuestra el repunte de canes que se registra en Vigo desde hace años. Según los últimos datos que maneja la Concellería de Medio Ambiente, al cierre de 2016 había registrados en el municipio más de un millar (1.152) de perros de razas catalogadas, como el american staffordshire terrier, rottweiller, doberman, akita inu... Entre todos ellos el más numeroso es el pitbull terrier, con 251 ejemplares, seguido del American straffordshire, del que se contabilizaban 213. Son datos muy superiores a los que anotaba el Concello hace solo unos años. En 2015, por ejemplo, había en la ciudad un centenar menos de este tipo de canes. Si se echa la vista más atrás y se comparan con las estadísticas de hace solo un lustro, en 2010, Vigo acoge en la actualidad más del doble perros considerados potencialmente peligrosos. Entonces eran apenas medio millar en toda la urbe. Hoy superan los mil.

Detrás de ese repunte hay varios factores. Entre ellos destaca el éxito que alcanzaron en los últimos años algunas razas, aunque desde la administración se apunta también otras causas, como el exhaustivo control que realiza la Policía Local y Autonómica, vigilando que todos los canes estén censados y que sus dueños dispongan de la licencia correspondiente. La normativa contempla sanciones para todos aquellos propietarios que no cumplan con esos requisitos.