En cada ser humano habitan unos 100 billones de bacterias, diez veces más que las células del cuerpo. Constituyen el microbioma. La mayoría están en el tracto digestivo -sobre el 95%- y, el resto, en la piel y mucosas. Su información genética se conoce como metagenoma y, con su estudio, los científicos tratan de identificar las múltiples funciones que estos microorganismos desempeñan en nuestro interior. Es un campo de investigación nuevo, ya que hasta hace pocos años no existían las técnicas que permiten analizarlos, y hay muchas expectativas puestas en él para el desarrollo de tratamientos en numerosas especialidades. El Servicio de Microbiología del Chuvi ha decidido especializar su laboratorio en esta materia, dotándolo de tecnología de última generación, y abriéndolo a la universidad y la industria. Ofrecerá así una plataforma pionera en la red del Sergas que impulse la creación en Vigo de un foco puntero en este ámbito.

"Creo que es el tema que necesita el área sanitaria viguesa para marcar algo diferencial en la investigación", sostiene el jefe de Microbiología y promotor de esta iniciativa, el doctor Benito Regueiro. Espera que esta sea una de las líneas de especialización que contribuyan a impulsar el Instituto de Investigación Biomédica de Galicia Sur, que persigue la certificación del Instituto de Salud Carlos III. Se organizaría como una plataforma o sistema abierto para que investigadores universitarios y empresas pudieran tener acceso a esta tecnología. Se articularía a través del instituto y, en un principio, estará en sus sede, en el Cunqueiro.

Sin perder de vista que el primer objetivo de este laboratorio es el asistencial, el doctor Regueiro considera que el entramado industrial y el perfil académico e investigador de Vigo, con una universidad politécnica, reúne las condiciones perfectas para crear un núcleo de desarrollo en torno a esta materia. Entiende que encajaría a la perfección con la pretensión de la Universidad de Vigo de ofrecer el grado de Ingeniería Biomédica.

Cada cuerpo humano funciona según dos tipos de información genética: la que hereda de sus progenitores -o genoma- y la de los bacterias quee habitan en su interior -o metagenoma-. La primera es bastante "conservada", mientras que la segunda es "muy dinámica". Varía según lo que se ingiere, el lugar en el que se vive, los sitios que más se frecuentan... De ahí que se pueda actuar sobre ella. Uno de los productos más conocidos en este sentido son los yogures que se anuncian con bacterias para mejorar la digestión o las defensas inmunológicas. Pero se prevé que sus aplicaciones sean numerosas y variadas.

Por ejemplo, la Psiquiatría está avanzando en la demostración de que la microbiota está relacionada con ciertos trastornos como el autismo, la depresión o la ansiedad; en Neumología se plantean si se podría usar contra el asma; las unidades infecciosas están interesados en saber si valdría para controlar el envejecimiento más acelerado que sufren pacientes con sida; los digestivos quieren utilizarla para arreglar desordenes intestinales; los dentistas, para reducir las caries... De ahí que el doctor Regueiro espere que a esta plataforma de investigación en Vigo se sumen especialistas de numerosos servicios. Ya han mostrado su interés desde UCI, Urgencias, Pediatría o Psiquiatría, entre otros.

Uno de los tratamientos que se están probando en diversos puntos del mundo son los trasplantes fecales, para cambiar la flora intestinal. "En el futuro, al margen del sabor, podríamos escoger los yogures en el supermercado en función de nuestras necesidades, de lo que necesitemos cambiar", vaticina y expone que abre también un nuevo abanico de posibilidades al ocio y la restauración.