Cerca de 8.000 armas de fuego cohabitan en la actualidad en los hogares vigues. Aunque gran parte de ellas pertenezcan a amantes de la caza, deportistas de tiro olímpico o incluso coleccionistas, guardan un hueco especial en casas de vigueses que sufrieron graves amenazas. Alrededor de una veintena de personas en la ciudad cuentan con un piezas registradas para protegerse al sentirse inseguros tras haber recibido amenazas, siempre y cuando se acredita la situación de necesidad.

La denominada licencia de armas B ampara la posesión de pistolas y revólveres de defensa personal. Este perfil de usuarios suele responder a empresarios pero su obtención no es monetaria, sino que debe quedar debidamente justificada su necesidad, por medio de la emisión de informes de varios organismos que lo acredite, por ejemplo con denuncias que demuestren que la persona sufre una amenaza o vive en una situación de peligro real. Su permiso tiene que ser renovado cada tres años. En total son 71 las armas que cuentan con esta licencia en Vigo, pero dos tercios de ellas corresponden a exmiembros de las fuerzas de seguridad del Estado o del Ejército a la que tienen derecho una vez se retiran.

A lo largo del 2016 se han renovado un tal de 4.665 licencias de todo tipo de armas de fuego, en especial las de licencia B, escopetas, o carabinas. También crecieron especialmente las de tipo D, rifles y las armas de concurso, especialmente en mujeres. El servicio de Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil es el encargado de expedir estas licencias además de vigilar la legalidad de cada pieza. La cabo López, responsable del servicio en Vigo, señala que el número de permisos ha caído de forma drástica en los últimos cuatro años, tanto en el número de nueras expediciones como de renovaciones. "Sí se ha notado que tanto por la crisis como por la falta de interés de los jóvenes el número de licencias emitidas se ha reducido. Además Vigo tampoco es una ciudad con mucha tradición a la caza, a veces sí encuentran a algún hijo que por herencia de su padre o porque de pequeño sí iba a cotos se saca la licencia, pero la verdad es que está en desuso", incide la cabo López.

En su depósito son cientos las armas que se acumulan, muchas de ellas procedentes de ventas ilegales de las mismas a través de Internet o de su aprehensión en operativos. "La venta de armas de segunda mano por Internet se ha disparado y se trata de un negocio ilegal", alerta la agente, quien también se encuentran con muchas armas camufladas: "Desde bastones-escopetas hasta tarjetas de crédito que mutan en navajas".