La dificultad para tragar es un síntoma común a muchas enfermedades pero poco conocido, infradiagnosticado y subestimado. Se denomina disfagia y los que más lo sufren son los pacientes con enfermedades neurodegenrativas o cerebrovasculares y ancianos frágiles. Si no se trata, puede provocar desnutrición y deshidratación o que se les cuele alimento por las vías respiratorias -broncoaspiración-. La mitad de los que les sucede esto último desarrollan neumonías y la mitad de ellos fallecerán por ello. Povisa fue el primer hospital de Galicia en desarrollar una unidad para tratarlo y ahora volverá a ser pionero en la comunidad en evaluar el riesgo de sufrirlo en todos los pacientes que ingresen en el centro.

El Servicio de Medicina Física y Rehabilitación de Povisa empezó a hacer este test en 2015 con los pacientes de ictus, ya que el 60% de los agudos sufren disfagia y de forma súbita. En vez de usar el tradicional método de prueba con un yogurt, sin validar, optaron por el test de viscosidad MECV-V, con una sensibilidad del 90% para saber si puede comer o no y, en caso afirmativo, si necesita una dieta adaptada. Contrataron a una logopeda -Vanessa Sarmento- para realizarlo, así como para decidir y supervisar la alimentación en estos caso. Cuando los servicios de Medicina Interna y UCI -que aglutinan 139 camas, la mitad de las del hospital- comprobaron la utilidad de esta valoración, empezaron a solicitarlo para otro tipo de hospitalizados. Así, si en 2015 realizaron 44 valoraciones y, el año pasado, fueron 140. Cuentan que no han vuelto a tener reingresos por neumonía, cuando esto antes era muy habitual.

Ante el volumen que está adquiriendo esta atención y para que se pueda realizar el test a cualquier ingresado antes de su primera comida en el centro -hasta ahora había que esperar a la interconsulta con la logopeda-, Povisa ha optado por formar al personal de Enfermería -empezaron por UCI, Medicina Interna, Oncohematología y Cirugía General- para que identifique todos los días el riesgo en cada hospitalizado y que, si existe, le realice el test. Para ello, han informatizado la prueba -que dura entre 5 y 10 minutos- y, en función de los resultado, es propio sistema el que sugiere la dieta, que luego supervisará el médico. Es el primer hospital en España que cuenta con un software como este, que actúa como "barrera de seguridad", destacan el jefe de Rehabilitación, Miguel Ángel López, y la directora de Calidad y Enfermería, María Antonia Muñoz. Si la disfagia es patológica, se pide la interconsulta con la logopeda.

Junto a rehabilitación, logopedia, enfermería y calidad, la otra pata de esta atención es el departamento de hostelería. Su responsable, Ismael Pérez Izaguirre, explica que están desarrollando dietas específicas, más adecuadas y personalizadas para los distintos niveles de disfagia, en vez de dar por defecto la conocida como "turmix" a base de alimentos triturados. Lo quieren hacer de forma "rigurosa" con platos elaborados en base a fichas médicas y "testados", al tiempo que abren el abanico de posibilidades también en sabores.

La atención se completa, si es necesario, con terapia de logopedia y formación de los cuidadores para evitar complicaciones respiratorias.

Así, los responsables de esta iniciativa cuentan que esto supone un "cambio de cultura" para abordar esta "importante causa de mortalidad, que deteriora la calidad de vida del paciente y genera mucho gasto sanitario".