"La idea es muy buena si se respetan los horarios para que los hosteleros puedan tirar su basura tras el cierre de bares y restaurantes. El barrio ganará mucho con el movimiento del Concello". Itos Domínguez, presidenta de la Asociación de Comerciantes Vigo Vello, aplaude el plan del gobierno local para retirar los contenedores verdes de las calles del histórico emplazamiento olívico. Desde el pasado lunes, los colectores son colocados a las 20.00 horas en cuatro zonas concretas: plaza de A Pedra, rúa Real con la travesía de A Esperanza, la plaza de Almeida y Méndez Nuñez. Allí permanecen hasta las tres de la madrugada, cuando el camión pasa y los retira, repitiendo el mismo procedimiento cada día.

Algún inconveniente más plantean los vecinos de la zona, aunque la mayoría aprueba el horario nocturno. El paso de los camiones puede perjudicar el descanso de un puñado de personas que tengan que levantarse temprano para ir a trabajar. Desde la asociación vecinal entienden que cualquier horario provocaría quejas de unos u otros. "No existe la hora perfecta y lo que debemos intentar entre todos es armonizar nuestras peticiones y establecer un horario unificado. Lo que no sería normal es tener a un camión por aquí cuatro veces a lo largo de la jornada. La solución es razonable", indica Fernando Moreiras, presidente de la Asociación Vecinal y Cultural del Casco Vello.

El Concello estableció un servicio de recogida "puerta a puerta" para todos aquellos residentes y hosteleros que tengan dificultades para desplazarse hasta alguna de las cuatro islas donde estarán los colectores cada noche. Así, todos aquellos que lo deseen pueden sacar a la calle su propio contenedor, que será sustituido de madrugada por los trabajadores municipales para que el nuevo sea guardado dentro de las dependencias del inmueble o comercio solicitante durante el resto del día.

Esta propuesta se une a la recogida de vidrio puesta en marcha por el gobierno local entre los establecimientos del barrio y a la que se han sumado más de un centenar de los mismos. Los hosteleros disponen de unos cubos específicos que son recogidos tres veces por semana y que permiten, además de retirar los contenedores de las calles, facilitar el proceso de reciclaje. Antes, gran parte de los trabajadores depositaban el vidrio en colectores orgánicos por la comodidad que les suponía evitar una caminata hasta los depósitos específicos. "Para nosotros es un alivio porque nos facilita el trabajo y la limpieza de los comercios", señala Domínguez.

Quejas por el reciclado

Algo que por el momento no ha cambiado en el barrio pese al nuevo plan del Concello para la recogida de residuos es el problema del reciclaje entre vecinos. "No tenemos contenedores amarillos o azules a mano, por lo que nos están obligando a depositarlo todo en el verde", denuncia Fiz Axeitos, secretario de la directiva de la Asociación Vecinal y Cultural del Casco Vello.

El enfado es mayor entre los residentes al conocer que hay instalados colectores subterráneos que no pueden utilizar. "Fue el primer paso que se hizo para retirar los grandes de las aceras", comenta Moreiras, quien añade que "es inaudito que se realizase una gran inversión en varias ubicaciones y que los vecinos no los podamos emplear porque la empresa que los tiene que gestionar no quiere hacerlo. Somos un barrio muy atrasado en ese sentido y es una verdadera pena".

Vecinos, hosteleros y turistas ya pueden disfrutar de las calles del Casco Vello libres de contenedores durante buena parte del día. El plan municipal se enmarca dentro de la recuperación que ha vivido el histórico emplazamiento durante la última década, pasando de ser una zona en declive a uno de los baluartes de la urbe olívica. La última gran propuesta es la peatonalización de Porta do Sol, que verá la luz a mediados de 2019 y que ofrecerá a los vigueses un gran espacio peatonal que se convertirá en el corazón de la ciudad.