El valor del patrimonio inmobiliario de la ciudad creció en 959 millones de euros en la última década aupado fundamentalmente por la construcción residencial. Vigo ganó 11.474 viviendas desde el año 2007 a pesar del frenazo del ladrillo, pero se detecta un cambio de ciclo a partir de 2010, momento en el que las altas en la Dirección General del Catastro se ralentizan tras el estallido de la burbuja. El ritmo de expansión del municipio experimentó un freno sin paliativos. Si antes de la crisis se registraban 2.8011 viviendas en solo un ejercicio, en el año 2013 la cifra se vio rebajada hasta las 388, el mínimo del que hay constancia en diez años. Y la tendencia continúa.
Pese al desarrollo de barrios como Navia o la Plaza de la Miñoca, los edificios y viviendas unifamiliares ganados por Vigo en la última década consolidan al distrito siete como el más populoso de Vigo. Entre Travesía, O Calvario, Lavadores, Sampaio, Barreiro, Cabral y Candeán hay registrados un total de 16.675 edificios residenciales más otros 7.903 chalés. Solo le hace sombra el distrito tres que incluye Traviesas, Gran Vía, el centro de Orillamar y Torrecedeira, mucho más urbano al contar al cierre del último ejercicio con 19.659 edificios y apenas 320 viviendas unifamiliares.
Los últimos datos del Catastro Inmobiliario actualizados por el Ministerio de Hacienda y recogidos por el Instituto Galego de Estadística (IGE) sitúan el valor total del patrimonio inmobiliario vigués en 7.701 millones de euros frente a los 6.741 en que estaban valoradas todas las propiedades de la primera ciudad gallega hace diez años. Vigo es superado por el valor que el Catastro refleja para todos los inmuebles de A Coruña. Sus edificios de viviendas, que son el grueso de la tasación, se valoran en 5.976 millones de euros frente a los 4.772 que se reconocen a los inmuebles residenciales de Vigo, urbe en la que sin embargo tiene mucho más peso el patrimonio industrial, valorado en 488 millones de euros, y los inmuebles destinados a ocio y hostelería, concentrados en la zona centro, distrito uno, y para los que se fija un precio de 184 millones.
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La radiografía pormenorizada del Catastro permite conocer que Vigo arrancó 2007, último año del que hay datos desagregados a nivel municipal, con 123.253 viviendas y mantuvo su empuje durante los tres siguientes ejercicios inscribiendo 6.294 pisos y chalés antes de 2010. Fue a partir de este momento cuando las estadísticas reflejan un cambio de ciclo que ya se evidencia en 2011. Ese ejercicio Vigo solo gana 413 viviendas y la cifra se ha mantenido bastante estable desde entonces con 479 nuevas inscripciones en 2016, ejercicio que se cerró con 134.727 residencias para una población de 292.817 habitantes. En el municipio hay un domicilio por cada dos vecinos, una relación que se explica por el hecho de que uno de cada cinco hogares sean unipersonales y por la existencia de mucha segunda residencia en las zonas de costa. Ambas circunstancias se producen también en A Coruña, con 124.701 residencias para una población de 243.978 personas.
Como ya se ha mencionado, la urbe olívica ganó 11.474 viviendas en los últimos diez años, una etapa en la que la crisis sin embargo se ha traducido en una pérdida de propiedades destinadas a actividades económicas. En concreto, el municipio ha perdido 1.179 industrias. Cuenta en la actualidad con 6.811 propiedades de este tipo cuando en 2007 estaban censadas 7.990. El desempleo y la caída del consumo también ha repercutido, aunque en menor medida, en el comercio, un sector en constante renovación que cerró el último año con 114 inmuebles menos que hace diez años mientras que se incrementan en 168 los locales destinados a oficinas, que alcanzan las 3.682 y se agrupan en las calles más céntricas de Vigo.
En este mismo periodo, la ciudad de A Coruña, que muestra una mayor estabilidad, perdió 250 inmuebles destinados a actividad industrial. Curiosamente, a lo largo de esta década Pontevedra ha reforzado su perfil de ciudad de servicios. En relación a 2007 la capital del Lérez ha perdido 322 industrias hasta quedarse con un millar registradas, un retroceso que contrasta con el incremento de 359 propiedades en las que se desarrolla algún tipo de actividad comercial y que la distingue como la urbe gallega con mejores resultados en este campo.
Otro dato curioso que diferencia a Vigo es que por su extensión, con algo más de 110 km2, es con mucha diferencia la urbe gallega con más parcelas sin edificar, un total de 17.989 frente a las 4.640 de A Coruña o las 3.242 de Pontevedra, donde el valor de todo su patrimonio inmobiliario se sitúa en 2.755 millones de euros, por debajo de la tasación conjunta de todos los bienes construidos en Santiago, Ourense o Lugo.
