"Seguimos saliendo a la calle porque las instituciones no han suprimido la Lomce. Ahora quieren establecer un pacto educativo hasta 2020 que no sirve para nada. Lo que se necesita es un acuerdo con un amplio consenso político y social". Paula Carreiro, responsable de la Plataforma en Defensa do Ensino Público, fue una de las más de 700 personas que ayer recorrieron las calles de Vigo para mostrar su rechazo a la actual ley educativa al mismo tiempo que demandaban su completa derogación.

Alumnos de todas las edades, padres, profesores y colectivos acudieron en masa a una movilización que fue secundada por el 90% del estudiantado y el 65% de los docentes de la ciudad, según datos de la organización. Todos estaban citados a las 12.00 horas en Praza América, desde donde se dirigirían hasta Porta do Sol atravesando Gran Vía, Urzáiz, Colón y Policarpo Sanz. Media hora antes arrancó otra movilización menos multitudinaria encabezada por miembros de la CIG.

Seis meses después del inicio del curso escolar y tras la suspensión de las temidas revalidas al menos para el próximo mes de junio, los convocantes no se conforman con lo conseguido. Y no solo los alumnos expresan su rechazo en la calle. "La Lomce me afecta como madre porque me preocupa la merma en la calidad de la enseñanza", critica Alejandra Pereira, madre de dos hijos a los que no quiere ver "absorbidos" por la ley educativa. "Solo sirve para crear etiquetas entre los estudiantes", sentencia.

También los maestros se sumaron a la huelga. A diferencia de otras movilizaciones convocadas en los últimos meses, el profesorado quiso abandonar las aulas por un día para expresar su malestar por lo que consideran un retroceso en la enseñanza. "La educación está yendo hacia atrás en múltiples ámbitos y es algo que no debemos permitir. Es necesario un pacto nacional que cuente con nosotros", demanda María José Sánchez, profesora en Vigo.

Junto a ellos se posicionaron sus alumnos. Estudiantes de todas las edades. Escolares y graduados exigieron el final inmediato de la actual ley educativa. "Luchamos por lo que consideramos una injusticia que afecta a nuestro futuro", comenta Andrea Amoedo, alumna de cuarto de la ESO.

Los manifestantes también criticaron duramente contra el 3+2 universitario. Muchos de los presentes tienen miedo de que el nuevo sistema les impida entrar en las facultades y escuelas del campus. "Parece que te quieren echar de la universidad, que no desean que estudies", denuncia Amoedo. Entre los concurrentes había un nutrido grupo de universitarios que ya está afectado por el nuevo modelo. "No sirve para que mejoremos nuestras capacidades", señala Arturo González, estudiante de Química.

"Queremos una beca, no una hipoteca" o "buscamos una ley que nos proteja" fueron algunos de los múltiples cánticos que acompañaron una marcha que transcurrió con total normalidad. Al contrario que en otras ocasiones, el final de la misma no se produjo junto a la sede de la Xunta en Vigo, sino que concluyó en Porta do Sol. Allí, los convocantes leyeron un manifiesto en el que amenazaban con volver a vaciar las clases si no se suprime la Lomce.