El Arzobispado de Barcelona, que intervino los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres hace diez meses por las presuntas irregularidades económicas en su gestión, ha aprobado un nuevo plan director para el centro. Según el comisario designado, Ramón Batlle, se mejorarán las instalaciones y se incrementará su capacidad actual (112 plazas) hasta recuperar las 150.

En una comparecencia en la que no aceptó preguntas, el comisario designado por el Arzobispado de Barcelona, Ramón Batlle, defendió que "la casa ha dado un vuelco a mejor". Destacó que el centro cuenta ahora con personal sociosanitario "las 24 horas del día y 365 días al año", así como que ha incrementado los recursos materiales y humanos destinados a la formación de los usuarios con el objetivo de lograr su reinserción.

El Arzobispado de Barcelona respondió con esta lectura de un comunicado a las críticas vertidas por "ex usuarios y personas afectadas por la reorganización que se está llevando a cabo en la institución". Recuerda que el antiguo responsable de los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres de Teis, El hermano José Donaire, fue expulsado tras conocerse que está inmerso en un procedimiento penal -hoy, pendiente de juicio oral- por irregularidades económicas. Cuenta que, más tarde, el comisario también trasladó al Ministerio Fiscal "una serie de graves irregularidades, algunas de las cuales, de ser ciertas, serían constitutivas de delitos" y que esto cristalizó en una querella, sobre la que hoy se siguen diligencias previas ante un juzgado de instrucción.

Así, el comisario el arzobispado catalán destaca que "la intervención no ha sido una simple comprobación de las cuentas de la casa", sino que se propone "llegar hasta el final de la averiguación de todas aquellas actuaciones irregulares", así como "determinar las responsabilidades de todo tipo".

Sostiene que por su parte y por la del Obispado de Tui-Vigo "se ha mantenido una política de máxima transparencia" para "mantener y mejora la obra social de la casa de Teis, a favor de los más necesitados, evitando que terceros sin escrúpulos deriven a su peculio personal los bienes de que deben destinarse exclusivamente a paliar las situaciones de pobreza, abandono o indigencia". Argumenta que este es el motivo por el que se ha creado una fundación en septiembre de 2016, "a la que se aportarán todos los activos y pasivos de los Hermanos Misioneros" de Galicia y Cataluña. Garantiza que el Arzobispado de Barcelona desea que todo el patrimonio siga teniendo la finalidad para la cual fue donado.