Al mercado de A Pedra le cuesta recuperar el pulso que tenía hace solo tres años, antes de que la "Operación Cuarzo" se saldase con el precinto judicial de decenas de negocios. Casi 30 meses después de aquella macrorredada -orquestada el 15 de octubre de 2014-, el recinto sigue en un estado "comatoso": la inmensa mayoría de sus puestos mantienen su verja bajada, apenas pululan por los pasillos unos cuantos curiosos, que se acercan a ojear o suben desde la calle Teófilo Llorente hacia la plaza de A Pedra, y una de sus naves principales luce un aspecto desangelado.

Ayer por la mañana solo tenían abiertas sus puertas en la planta superior dos puestos. El resto sigue con las persianas bajadas, sin actividad. Por los pasillos por los que hace tres años desfilaban turistas y vecinos, hoy apenas se mueven curiosos. Y donde antes se exponían camisas, pantalones, sudaderas, faldas... Hoy campan las persianas metálicas verdes, con cerradura, que cubren los puestos. Dentro de una de las naves, ayer por la mañana no funcionaba ningún negocio. En lugar de eso se apilaban láminas de madera contra una pared. Desde el entorno del mercado comentan que a finales de 2016, en diciembre, se iniciaron unas obras para unificar varios puestos; pero que los trabajos llevan semanas sin avanzar.

Los pocos que mantienen su actividad miran con preocupación el calendario. Una de las principales fuentes de ingreso de los comerciantes de A Pedra son los turistas que llegan en excursiones y, sobre todo, a bordo de trasatlánticos. Los cruceristas que desembarcan en A Laxe subían hasta octubre de 2010 por el Casco Vello y se detenían a hacer compras en el célebre mercado. Y según las previsiones del Puerto, la temporada de buques arranca en abril, cuando se esperan cinco navíos. En mayo serán casi veinte.

Tras pasar meses sin poder abrir sus puestos debido al precinto judicial, a mediados de 2015 el juzgado empezó a autorizar la apertura de negocios. En septiembre regresaron al mercado los primeros autónomos. Su esperanza -como reconocían entonces- era que en las semanas y meses siguientes les siguiesen otros compañeros. Más de un año después, sin embargo, quienes retomaron su actividad siguen siendo minoría. En octubre de 2016 desde A Pedra se reconocía que muchos habían desistido de retomar sus negocios por jubilación, baja o por dedicarse a otra actividad.

El año pasado desde la gerencia del mercado apuntaron varias posibilidades para revitalizar el recinto, como transformarlo en un outlet, apostar de forma decidida por el turismo, centrarse en la venta de productos gourmet o merchandising... Sin embargo ninguna de ellas llegó a cuajar. Lo que se prometía una apertura inminente también se ha ido posponiendo. Desde el entorno de A Pedra explican que lo que sí se hizo es autorizar que un mismo comerciante pueda disponer de varios puestos, algo que no se contemplaba en el pasado.