Los gestos repetitivos a los que los alumnos de los conservatorios superiores someten a sus cuerpos durante horas y horas de ensayos para convertirse en músicos profesionales tienen consecuencias en sus músculos. Casi uno de cada dos alumnos sufren dolores musculoesquelécticos. Principalmente, presentan leve discapacidad cervical. Así se desprende del estudio que las fisioterapeutas Coral Pérez Valiño y Beatriz Rodriguez Romero han realizado en los dos centros gallegos con esta enseñanza, el vigués y el de A Coruña, con la participación de 206 alumnos -el 40% del total de los que tocan un instrumento-. Y este padecimiento no solo afecta a su bienestar físico, sino que han constatado que a mayor dolor menor salud mental.

Es la primera investigación con datos validados que se realiza en Galicia y, probablemente, en España sobre la prevalencia de estos dolores en los estudiantes de música, según explica una de sus autoras, Pérez Valiño, que trabaja en una clínica en Bouzas. "Conocía la problemática porque estudié en el conservatorio y sé que algunos músicos incluso tienen que abandonar la práctica por esto", explica y añade que si estos problemas no son discapacitantes para el alumno en la actualidad, sí podrían serlo a largo plazo. Iniciaron el trabajo con el convencimiento de que la Fisioterapia les puede ayudar.

El estudio revela que ser mujer, el tiempo dedicado a la práctica -cuatro al día como mínimo- y la menor actividad física son los principales factores de riesgo para padecer estos dolores. Pérez Valiño explica que "nadie consigue aclarar" a que se debe que las féminas tengan más problemas de este tipo. Se especula con factores antopométricos.

Las zonas corporales donde encontraron más problemática fueron, por este orden, cuello, hombros, zona alta y zona baja de la espalda. Los datos muestran que "casi la mitad de los músicos tienen leve discapacidad cervical". Con respecto a las horas de práctica, descubrieron que con más de 32 horas de ensayo a la semana, la discapacidad a nivel de hombros, empeora. Y los que lo hacen durante 39 o más muestran "mayor incapacidad" también en la espalda.

No hallaron diferencias "relevantes" en cuanto al instrumento empleado, pero sí en función de la cantidad de actividad física que realiza el alumno. "Con más músculo, más estabilidad y mayor resistencia al sobre esfuerzo", aclara Coral.

Ya sea como factor de riesgo o como consecuencia, el estudio también constata el vínculo entre el dolor musculoesquelético en estos alumnos y el empeoramiento de la salud mental. "Vimos que les afecta tanto la dolencia que entran en un bucle tremendo; es muy influyente para ellos", analiza.

En la investigación, que realizaron como proyecto de fin de carrera, contaron con la participación de la profesora Beatriz AgeitosAlonso y con el apoyo bioestadístico y matemático de Sonia Pértega Díaz, de la Universidad de A Coruña. Agradecen de forma especial la participación de los alumnos de los conservatorios superiores gallegos, así como de los profesores y directivos, por permitir la irrupción de las clases para cumplimentar estos cuestionarios, en una recogida de datos que desarrollaron entre febrero y mayo de 2014.