Acumulaba ya varias condenas por abusos sexuales y ahora suma una más. La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, ha impuesto 4 años y un día de prisión a José María P.P., el vigués que abusó de un niño de 12 años tras engatusarlo con regalos y propinas o invitándolo a él y a dos amigos a hamburgueses y golosinas. El hombre, que había señalado en la vista que se encontraba "muy a gusto" con chavales menores, negó entonces que se hubiese sobrepasado con la víctima. Una versión autoexculpatoria que no se cree el tribunal, que lo considera autor de un delito continuado de abusos sexuales y le sentencia también a indemnizar al perjudicado con 3.000 euros.

La sala, en una sentencia contra la que todavía cabe recurso ante el Tribunal Supremo, relata que fue de forma previa a diciembre de 2014 cuando el condenado abordó al menor de 12 años cuando éste caminaba por la calle. Tras conversar con él de forma amigable, se ofreció, desde ese momento, a recogerlo y trasladarlo en su Audi A6 al centro escolar donde el niño estudiaba. Estos encuentros se fueron convirtiendo en rutina, afirma el tribunal, incidiendo en que J.M.P.P. se ganó la confianza del adolescente agasajándolo "con toda clase" de regalos, como un reloj o propinas de 3 euros los viernes.

El niño llegó a presentar al acusado a dos de sus amigos, diciéndoles que era su "padrino". El hombre también se ganó la confianza de estos menores, invitándoles a hamburguesas o comprándoles golosinas y bebidas. En alguna ocasión los llevó hasta Samil, donde el procesado inició en alguna ocasión, para sorpresa de ellos, conversaciones de "claro matiz sexual".

En cuanto al menor víctima de los abusos, los magistrados ven probado que al menos en tres ocasiones el hombre le hizo tocamientos en el coche. También invitó al niño a su domicilio, donde abusó de él. La Audiencia concreta que el acusado no empleó "fuerza" sobre el chico, si bien le dijo que no debía contárselo a nadie y que lo que ocurría debía tomarlo como "un juego". También le convenció para que borrase todas las conversaciones que mantenían a través de WhatsApp. Relata también la Audiencia que la madrugada de Fin de Año de 2014 a 2015 convenció al menor para que fuese con él, aprovechando que los padres dormían. "¿Por qué no te escapas y paso a recogerte?", le escribió al móvil. Tras ir por Rosalía de Castro y tomar chocolate con churros, lo llevó a su casa y volvió a abusar de él.