De la avería en alta mar a la retención en el puerto. El Alsterstern, el quimiquero que atracó en Vigo el pasado 2 de febrero tras ser remolcado desde el día anterior por el Ría de Vigo ya reparó el problema en el motor que lo había dejado a la deriva cuando navegaba a 70 millas al oeste de Ons. Pero una revisión de oficio efectuada por técnicos de Capitanía Marítima de Vigo ha detectado en el estado de este mercante, de armadora canadiense y con bandera de Islas Marshall, "numerosas deficiencias de seguridad" que desaconsejan su salida hasta que no sean solventadas. Oficialmente, según confirmaron a FARO fuentes portuarias, el barco "está detenido".

La inspección del Alsterstern se llevó a cabo a principios de esta semana una vez reparada la avería en la máquina por la que tuvo que ser rescatado y remolcado hasta puerto. Fue realizada por los inspectores de Capitanía Marítima encargados de los controles del París MOU, una organización internacional participada por 27 países que vela por la calidad del funcionamiento de los buques que transitan por aguas de los estados costeros europeos y de la cuenca del Atlántico Norte, desde América del Norte hasta Europa.

Consignado en Vigo por Pérez Torres, este quimiquero no supone ningún tipo de riesgo o amenaza mientras permanece atracado en el Areal, pues carece de carga en la bodega y está libre de gases tóxicos o peligrosos. Sin embargo, los inspectores procedieron a su detención, tras informar al Capitán Marítimo en Vigo, debido a las "importantes deficiencias técnicas detectadas que, bien individualmente o en su conjunto, constituyen claramente un peligro para la seguridad de la navegación del buque, la seguridad de las futuras operaciones de carga de hidrocarburos que pudiera realizar en otros puertos europeos, así como para el medio ambiente marino o su tripulación a bordo".

En consecuencia, Capitanía Marítima de Vigo procedió a la inmovilización inmediata del barco. Ni puede salir a la mar ni realizar ningún otro desplazamiento sin autorización expresa de la autoridad marítima en la Ría.

Construido en 1994, este mercante de 161 metros de eslora por 23 de manga llegó a Vigo con una veintena de tripulantes. Todos continúan a bordo. Su capitán, el canadiense Daniel Blanchard, confía en solucionar pronto las deficiencias técnicas pero todo indica que las reparaciones que necesita el buque para corregir las anomalías descubiertas por los inspectores del MOU lo retendrán al menos una semana más en la terminal viguesa.

Las mismas fuentes aseguran que el capitán del Alsterstern ha agradecido personalmente a los oficiales del Ría de Vigo su diligencia en el rescate efectuado en medio de un fuerte temporal que acabó sin lamentar ningún daño personal.