Sin un hueco libre sobre el escenario y rozando el hueco en el patio de butacas. La interpretación de la "Segunda Sinfonía" de Gustav Mahler, la conocida como "Resurrección", abarrotó ayer el Teatro Afundación en beneficio de Cáritas.

La Universidad do Minho de Braga y el Conservatorio Superior de Música (CSM) de Vigo reunieron a 250 intérpretes para ofrecer esta singular pieza que fue acogida con expectación por el público de la ciudad. Quizá, porque no se tiene noticia de que se haya tocado antes en Vigo.

Cincuenta voces del coro del CSM vigués se unieron a otros 50 cantantes del coro de la universidad de Braga y el sinfónico Inês Castro. Como solistas, actuaron la soprano Ângela Alves y la mezzo-soprano Patrícia Quinta. La música la puso la orquesta de la institución académica lusa y la dirección corrió a cargo de Claude Villaret.

La "Segunda Sinfonía" de Mahler, de hora y media de duración, "impresiona tanto por su belleza como por sus dimensiones", según explican desde el conservatorio. Cuentan que recoge toda la tradición del sinfonismo desde Beethoven, a cuya "Novena Sinfonía" hace referencia directa.

La cita está enmarcada en los acto de celebración del 43 aniversario de la universidad lusa. Ayer repetían en Vigo un concierto que el miércoles ofrecieron en Guimaraes y, el jueves, en Braga, ante el presidente de la República de Portugal, Marcelo Rebelo. El conservatorio vigués presentó la actuación de ayer como un anticipo del Festival Nas Ondas, que se desarrollará a partir de marzo. Para ambos, cuenta con el apoyo del Concello y la Consellería de Educación.