El Ministerio de Fomento dio ayer un nuevo varapalo a las aspiraciones de la ciudad de Vigo de contar con un tren de alta velocidad directo a la capital al confirmar el secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar, la intención de unir ambas ciudades a través del norte de Galicia en "algo más de tres horas".

El alto cargo de Fomento hizo esta afirmación durante una intervención en Lugo, con con motivo de la Asamblea de Eixo Atlántico y con presencia de alcaldes portugueses y españoles, entre ellos, Lara Méndez, Xulio Ferreiro y Jorge Suárez. Gómez-Pomar estuvo hace menos de tres semanas en la ciudad participando en unas jornadas también celebradas por el Eixo Atlántico y entonces, a preguntas de los periodistas, señalaba escuetamente que la variante de Cerdedo "continúa en la agenda del ministro".

En su intervención en Lugo de ayer, el secretario de Estado de Infraestructuras obvió referirse a esta variante de Cerdedo, pendiente del estudio de impacto ambiental desde 2011 y se limitó a destacar que la conexión a Galicia por AVE -cuya conclusión está ahora fijada para 2018- "es una prioridad para el Ministerio de Fomento" y que "las obras siguen adelante". "Se sigue trabajando en el desbloqueo de tramos clave que estaban parados por problemas técnicos", dijo.

Gómez-Pomar afirmó por lo tanto que "cuando la línea esté operativa en su totalidad" se podrá viajar de Ourense a Madrid "en algo más de dos horas" y de "Vigo a A Coruña y luego a Madrid en algo más de tres horas", casi una hora más del tiempo que supondría la línea directa entre Vigo y la capital.

Más tarde, fuentes de Fomento precisaron que el secretario de Estado se había referido, con esta manifestación, al viaje, por un lado, desde Vigo a Madrid y, por otro, desde A Coruña a Madrid; y no a un único trayecto entre Vigo, A Coruña y la capital de España, lo que significaría en ese caso que no se viajaría por la variante de Cerdedo.

Gobierno y empresarios

La actitud de Fomento, que continúa esquivando la variante de Cerdedo, está muy lejos de satisfacer la demanda del gobierno vigués, cuyo alcalde, Abel Caballero, ya anunció una ronda de contactos con agentes sociales y económicos, así como la convocatoria del Consello Social de la ciudad para exigir a Fomento la construcción de la variante de Cerdedo, que permitiría el viaje directo a Madrid (por Ourense) en unas dos horas y media.

Tampoco responde a las expectativas de los empresarios, que consideran vital que Vigo tenga una conexión directa con la capital dado su peso económico en la comunidad gallega y en todo el noroeste peninsular. La variante directa, recordaban recientemente, es fundamental también para vertebrar las comunicaciones entre el norte de Portugal y la capital española.