Tensa calma en los muelles de Vigo. Tras los paros encubiertos protagonizados por los estibadores entre el pasado miércoles y jueves que redujeron hasta un 30% la productividad de los operadores de la terminal de vehículos de Bouzas, el colectivo arrancó ayer la semana con su ritmo habitual de trabajo. Pero que esta normal actividad perdure en el tiempo dependerá de lo que ocurra hoy en Fomento. Los responsables de este ministerio mantendrán a las 12.00 horas de esta mañana con los sindicatos y la patronal nacional de la estiba (Anesco) una reunión -la segunda desde que el Gobierno anunció la reforma de la estiba por la vía de un decreto-ley- que se presenta como crucial para paralizar la huelga convocada en todos los puertos de España del próximo lunes 20 al sábado 25 de febrero. El ministro Íñigo de la Serna expresó ayer su confianza en que salga un acuerdo de este encuentro aunque nuevamente insistió en la obligación del Gobierno a modificar la ley por mandato de la sentencia europea de diciembre de 2014 que impone la liberalización del sector.

Con esas huelgas encubiertas la Colla ofreció un adelanto de la repercusión que podría tener una movilización general como la organizada para los citados días. En solo dos jornadas de la semana pasada, el "rendimiento bajo o trabajo lento" de estos trabajadores -en palabras de la Autoridad Portuaria de Vigo- se acumularon en la gigantesca explanada de Bouzas un volumen extra de vehículos que fueron embarcados gracias al refuerzo de líneas marítimas como la de la autopista del mar con Francia. Medidas de emergencia como estas sirven para amortiguar el impacto de movilizaciones de baja intensidad, aunque de poco valdrían si se trata de una huelga como la anunciada, de carácter parcial por celebrarse en horas impares desde las 8.00 horas del día 20 a las 8.00 del día 21, y así respectivamente, los días 22 y 24. "Si nosotros estamos preocupados, imagínate PSA", ejemplificaban ayer en la terminal Ro-Ro.

El sector de la automoción sigue con preocupación los acontecimientos de este conflicto. Por experiencia sabe que la estiba donde más demuestra su influencia es en Bouzas. Con una intencionada caída de la mano de obra, este muelle pasa de la normalidad a la congestión en apenas 24 horas. Y de poco ha valido el mensaje de tranquilidad lanzado por el presidente del Puerto, Enrique López Veiga, de que la actividad de la autopista del mar y el suministro de piezas a la factoría de Balaídos estarían garantizados por incluirse entre los servicios esenciales a preservar ante una huelga. A este respecto, fuentes de la Sagep de Vigo recalcaron que en "toda huelga parcial que se cubra el 50% de la jornada laboral no hay ni servicios mínimos ni esenciales".

De la Serna rechaza "el registro"

Por las declaraciones del ministro de Fomento hay todavía alguna posibilidad de paralizar esa temida huelga nacional. "Estamos abiertos a cualquier consideración", dijo Íñigo de la Serna en una entrevista a RNE. En cambio ya adelantó que la reforma es irreversible -"España está obligada a acatar una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE por la que afronta una sanción si no cambia el sector"- y de antemano descartó la inclusión en el decreto-ley del Registro de Estibadores "porque la Comisión Europea ya manifestó su rotundo rechazo a este registro".

El Registro de Estibadores es una de las principales reivindicaciones del colectivo para salvaguardar los puestos de trabajo (6.156, 110 de ellos en Vigo). El sindicato mayoritario, Coordinadora de Trabajadores del Mar, asegura que este registro no contradice la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE que motiva la reforma de la estiba en España. Para aumentar la presión sobre el Ejecutivo, Coordinadora anunció ayer que un total de 46 empresas estibadoras firmaron ya acuerdos unilaterales con las plantillas de los puertos en los que operan para cumplir la reforma del sector pero con ese registro.