El titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, esquivó ayer la polémica abierta en las redes sociales por el retuit de su vicepresidente en el que hacía chanza sobre el Celta. Tras asegurar que tenía "poca información" del mundo de Twitter, pese a tener abierta una cuenta en la que le siguen más de 13.000 personas y publicar contenido a diario, el presidente gallego restó importancia a la indignación de la afición céltica y el gobierno local: "Espero que nadie le eche la culpa a la Xunta de que el Celta no pasara a la final de la Copa. Pero todo es posible", comentó al ser preguntado por la acción de su número dos en el Gobierno.

Feijóo se desmarcó de la polémica y se limitó a asegurar que había disfrutado mucho cuando el equipo celeste eliminó de la competición copera al Real Madrid, mientras que el miércoles se apenó "bastante" al ver que caía derrotado frente al Alavés.

"Así es el fútbol, pero hay gente que utiliza el fútbol para todo... incluso para echarle la culpa a los demás de la situación del estadio que debe gestionar", advirtió en alusión a Abel Caballero y los desperfectos que el temporal dejó en la grada de Río, pendiente de reformar.

Pese a su crítica, el presidente gallego apoyó la tesis municipal asegurando que "si los técnicos aconsejan cerrar el campo, hay que cerrarlo, por seguridad". Aunque matizó: "Lo que me preocupa es que hacía tres días que se celebrara un partido allí". Y aprovechó para lanzar un mensaje al alcalde sin nombrarlo: "Después de sobreactuar, lo que hay que hacer es actuar y solucionar los problemas de Balaídos".