Aunque sus comienzos laborales fueron en Ourense, el letrado Alberto Viejo López pronto se instaló en la provincia del Lérez donde lleva casi medio siglo ejerciendo como abogado. Sin un linaje de juristas detrás, Viejo López reconoce que la vocación que lo llevó a entrar en el mundo del derecho permanece intacta. "Los temas de carácter laboral siempre me interesaron y por ello centraron mi profesión", confiesa el letrado, para quien el componente humano de los mismos es clave en su día a día. "Los asuntos sociales tienen una gran inmediatez que yo agradezco, precisan ser resueltos de una forma rápida y ágil. Y además tienen un componente humano importante", añade.

Alberto Viejo López considera que la materia en la que centró sus años de trabajo está en un constante cambio. Aun así, señala que en cuanto a los procedimientos y a su forma de llevarlos a cabo, no han dado un vuelco con respecto a 40 años atrás. "Es una profesión y un materia que te exige estar constantemente estudiando y al día de todas las novedades. En cuando a los procedimientos sí hay pocas diferencias, en Vigo los juzgados de lo Social siempre fueron bastante rápidos y buenos", argumenta el letrado.

Para Viejo resulta imposible quedarse con un único caso al que asistió, pero sí guarda un especial recuerdo para aquellos que afectan a colectivos. "Los conflictos colectivos son muy teóricos y además afectan a muchas personas a la vez, por lo tanto merecen especial mención y relevancia", apunta Viejo López. Aunque en suma, solo tienen buenas palabras para definir sus 40 años en el mundo jurídico, reconoce que sí hay un aspecto de esta profesional que no terminar de superar. "No soy capaz de estar ajeno al tema al que asisto, por lo tanto cuando tienes que dar malos noticias, te esfuerzas y ves que el resultado no es el esperado lo pasas mal".