Lifting en la explanada portuaria tutelada por Zona Franca. Su comité ejecutivo adjudicará hoy el "Proyecto para la mejora urbanística del Polígono de Bouzas" del que saldrá el diseño de una radical transformación estética y operativa en este ámbito. Entre las actuaciones encaminadas a modernizar la imagen y las dirigidas a mejorar la actividad y circulación del tráfico, el consorcio estima un presupuesto de tres millones de euros. De todas las obras previstas, la más llamativa y visible para los habituales del paseo que bordea el noroeste del relleno será la sustitución de la verja por otra de una configuración que ofrezca un aspecto "humanizado" hacia el exterior pero al mismo tiempo garantice la seguridad de los vehículos estacionados.
Estos tres millones se enmarcan en el plan de inversiones que por un valor total de 7.153.000 euros -a ejecutar entre 2017 y 2018- compromete Zona Franca a cambio de la renovación de la mayor de sus concesiones, de 142.000 m2, ya solicitada a la Autoridad Portuaria. Aún pendiente de aceptación, el organismo ha pedido prorrogar 12 años más, hasta 2031, la explotación de la citada superficie donde además de su sede administrativa se ubican varias naves que tiene alquiladas a empresas y una extensión, dentro de la terminal Ro-Ro, dedicado al estacionamiento de vehículos para la exportación. Con esta misma finalidad usa la otra concesión, de 47.000 m2, que tras concedérsela el Puerto en 2000 por 30 años expira, por tanto, en 2030.
"El polígono de la Zona Franca necesita una remodelación para dar cabida a las nuevas necesidades con la tecnología y procesos actuales", justifica la entidad dirigida por Teresa Pedrosa. Aunque la concreción de los detalles correrán por cuenta de la empresa a la que el comité ejecutivo, en su reunión prevista para hoy, adjudique la redacción del proyecto, el consorcio tiene decididas las líneas generales de esta "gran" operación estética y operativa. Como el nuevo cierre perimetral "para conseguir una imagen propia y actual que se completará con una nueva señalización tanto horizontal como vertical". Una moderna verja, continúan desde el consorcio, que "deberá reunir la calidad suficiente para cumplir con la función de asegurar mercancías que se almacenan en el interior de la zona franca y servir también de trasera del paseo peatonal".
Sus técnicos calculan que se cambiarán 1.600 metros de la verja que delimita el perímetro exterior el consorcio y otros 500 metros del vallado interior que separa la denominada "Parcela D" -su concesión de 47.000 m2- del estacionamiento de vehículos gestionado por la Autoridad Portuaria.
Seguridad para los vehículos
La elección del formato del futuro cierre es una decisión que requiere de un análisis cuidadoso. Las marcas automovilísticas exigen la máxima calidad en los espacios donde aparcan sus unidades. De hecho en más de una ocasión operadores vigueses han recibido toques de atención por daños registrados en chasis, causados, supuestamente, por objetos lanzados desde el exterior. Esta fue una de las razones por las que la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), en su última valoración divulgada en septiembre de 2016, penalizó al Puerto de Vigo con el penúltimo puesto en la tabla española, solo por delante del de Málaga. Así Zona Franca aprovechará la actuación en la explanada también para instalar "modernos sistemas" de vigilancia.
En relación a las mejoras operativas se contempla la reordenación de las circulaciones "tanto de tráfico rodado como peatonal junto con cambios en los accesos para mejorar los flujos de entrada y salida de vehículos". En paralelo se aplicará un tratamiento a las superficies de aparcamiento y las zonas verdes "para conseguir un mayor grado de permeabilidad y ahorro en el consumo de agua".
Algunas de las obras recogidas en el plan de inversiones presentados al Puerto acaba de arrancar. Como la rehabilitación, adjudicada en 1,2 millones de euros, de 20.000 m2 de cubiertas del edificio de oficinas, y de las naves 2 y 3.
