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El visionario del Puerto de Vigo

Eduardo Cabello elaboró hace más de un siglo un histórico documento para la transformación de sus instalaciones

Retrato de Eduardo Cabello.

El Puerto vigués carecía en 1912 de las infraestructuras necesarias para convertirse en uno de los más importantes de España. Según los datos oficiales, ese año arribaron 733 trasatlánticos con 59.996 pasajeros a bordo que tuvieron que ser trasladados a tierra en pequeñas embarcaciones porque no era posible acercarse a los muelles. Además, también había muchos problemas para descargar los equipajes y las mercancías.

Por aquella época ya residía en Vigo el ingeniero Eduardo Cabello de Samano Ebrentz Collins y Gutiérrez, que ocupaba el cargo de inversiones de obras de la Junta del Puerto. Nacido en Filadelfia (Estados Unidos), realizó estudios en Madrid y trabajó en Puerto Rico o Cuba antes de llegar a la ciudad en 1898. Alquiló una casa a Antonio López de Neira situada a dos kilómetros del centro y en sus largos paseos se "enamoró" del paisaje y del mar.

En 1903 puso en marcha el balizamiento de toda la Ría viguesa y también ayudó en el diseño del puerto de A Guarda, un lugar que se convirtió en refugio cuando había mal tiempo. A pesar de ello, parte de la estructura construida fue destrozada durante un temporal y tuvo que ser reconstruida y reforzada.

Fue nombrado jefe de Obras Públicas de Pontevedra en la zona sur de la provincia. Desde este cargo, accedió a otro puesto importante y de gran valor. Sustituyó al emblemático Fernando García Arenal el 1 de octubre de 1908. Fue a partir de entonces cuando comenzó a elaborar un histórico informe para mejorar el Puerto vigués y también su entorno.

El documento fue publicado por el Decano en febrero de 1912 con una extensión de tres páginas -el diario de aquella época tenía seis-. Y una de sus propuestas más destacadas era la ampliación del muelle de trasatlánticos hasta los 55O metros para que pudiese acoger a dos grandes barcos al mismo tiempo.

Cabello también planteaba aumentar el calado de la zona y la construcción de edificios para albergar la Aduana, que ocuparía lo que hoy es la Estación Marítima, almacenes para las mercancías y zona para pasajeros. El documento subrayaba la importancia de que el tren llegase hasta el Puerto a través de una doble vía, como acabó ejecutándose con el paso del tiempo. Y la salida de los trenes tendría que ser de forma directa, sin tener que pasar por la estación de Vigo.

El proyecto de Eduardo Cabello fue aprobado por el Gobierno un año después. Y comenzó a ejecutarse con un presupuesto de 56.149.655,33 pesetas. Una enorme cantidad para aquella época. Pero lo llamativo era que también incluía otras mejores en diversos lugares de la Ría.

Otra de las grandes ambiciones era mejorar Bouzas, construyendo muelles hasta cubrir una superficie de 452 metros. El documento también hacía referencia a los trabajos que se debían realizar en Guixar, para establecer una zona única de carga y descarga, y en A Guía. A todo ello se unía otro lugar en Coia como refugio de barcos.

El trabajo de Eduardo Cabello fue premiado por el Congreso de Ingenieros Civiles de Madrid. Fue nombrado hijo adoptivo de Vigo y se le dio su nombre a una calle como homenaje y reconocimiento.

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