Cuando R. F. E. estaba en la sala de espera del Juzgado de Violencia sobre la Mujer por una denuncia que interpuso contra él su expareja M. L. A. G. esta entró, le propinó una bofetada -que una testigo calificó de "descomunal"- y le amenazó de muerte. La propia jueza y funcionarios de los juzgados tuvieron que intervenir y agarrar a la acusada. La sala de lo Penal número 3 de Vigo considera probados estos hechos y condena a la mujer a 7 meses de prisión y 3 de alejamiento por un delito de maltrato.

A la condenada se le aplica la atenuante de anomalía psíquica. La juez entiende que los trastornos que sufre provocan una merma de su capacidad volitiva, pero que no se acredita que esta fuera abolida totalmente "ni afectadas en modo alguno sus capacidades cognitivas.