Marcel Bikongnyuy nació abrazando el camino de la fe. Su apellido, escogido especialmente por su familia materna, significa "por el amor de Dios". Estos días visita la ciudad olívica para explicar el proyecto que la diócesis Tui-Vigo tiene previsto desarrollar en El Salvador. El acto central de la campaña será mañana a partir de las 19.30 horas en la Parroquia de Nuestra Señora del Rocío. El objetivo es recaudar los 87.000 euros necesarios para llevar a cabo la misión que el Obispado quiere realizar en el país centroamericano.

-¿Cuándo decidió que quería ser sacerdote?

-En Camerún pertenecía a un grupo de jóvenes que siempre compartíamos nuestras experiencias cristianas. Poco a a poco, cuando todavía era un niño, comencé a sentir la llamada de Dios para ofrecer mi vida al servicio de los demás.

-¿Cómo esperaba que le recibiesen en España cuando llegó desde Camerún?

-Sabía que España era un país católico y que poseía sus propias costumbres. Lo que tenía que hacer era adaptarme yo a la gente que vivía aquí y no ellos a mí. Comencé a compartir momentos con los vecinos y rápidamente me abrieron su corazón.

-¿Es España un país solidario?

-Sí, es un país solidario en el apartado social. A menudo podemos ver como la gente se moviliza y dona grandes cantidades de dinero para que las ONG ayuden a los más necesitados. Pero no es suficiente. A veces es más necesario ofrecer cariño y tiempo. Muchos pobres necesitan una conversación, una tarde con alguien... y eso es lo que escasea.

-¿Qué opinión tiene de la labor de la diócesis Tui-Vigo?

-Este Obispado es muy especial porque sus miembros tienen un corazón enorme. Existen otras diócesis más grandes, con más medios pero que no tienen el carácter que tiene la de Tui-Vigo. Aquí son capaces de salvar esa diferencia de tamaño y siempre está dispuestos a ayudar a los que menos tienen.

-¿En qué consiste el proyecto de la diócesis en El Salvador y qué le parece?

-La idea que han tenido es maravillosa porque han elegido ayudar a varias cooperativas camaroneras. Si los comerciantes de allí se asocian serán más fuertes y podrán conseguir grandes cosas. Ellos decidieron apostar por una zona que ha sufrido la virulencia de la climatología y yo estoy muy orgulloso de que lo hayan hecho.

-¿De qué manera ayuda Manos Unidas a las personas más desfavorecidas de todo el planeta?

-Manos Unidas acude a todos aquellos lugares que necesitan que alguien les eche una mano. Tiene proyectos en Sudamérica, África, Asia y Oceanía y su único objetivo es asistir al mayor número de personas.

-¿Qué le diría a los fieles de Vigo que el próximo 12 de febrero acudirán a sus respectivas parroquias?

-Que donen mucho dinero (entre risas). Les pediría que se pongan en la piel de todos aquellos semejantes que lo están pasando mal. Hay muchos millones de personas con problemas de desnutrición, que se han visto arrasados por las inclemencias del tiempo o que no tienen ni agua corriente. Creo que es necesario detenerse un minuto y pensar en todos ellos.