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Asesores en políticas europeas

La plantilla científica que sostiene a Europa

Tres economistas que coincidieron en la UVigo relatan su experiencia como expertos en la Comisión

Fidel Picos, María Álvarez y Marcos Álvarez, junto al monumento de los rederos en Gran Vía. // J. Lores

Sus estudios soportan las decisiones económicas europeas y avanzan las consecuencias para los países y el ciudadano de a pie. Tras engrosar su currículo investigador en instituciones académicas y centros de Francia, Alemania o EE UU y coincidir como profesores en la Universidad de Vigo, María Álvarez, Fidel Picos y Marcos Álvarez ficharon por el JRC, la dirección general de la Comisión que se encarga de prestar apoyo científico a las políticas de la UE, atraídos por la posibilidad de realizar trabajos que trascienden las publicaciones académicas y alcanzan un "impacto real".

María fue la primera en incorporarse en 2014 al entonces denominado Instituto de Estudios de Prospectiva Tecnológica (IPTS) de Sevilla, el único centro español del JRC, cuyas 5 sedes restantes se encuentran en Ispra (Italia), Geel y Bruselas (Bélgica), Karlsruhe (Alemania) y Petten (Holanda). Casi dos años después, Fidel se estrenaba en su misma unidad, la de Análisis de Políticas Fiscales, y en octubre pasado Marcos se integraba en Ispra en la de Modelización, Indicadores y Evaluación de Impactos.

Los tres aprovecharon sus recientes vacaciones para reunirse en Vigo y hablar con FARO sobre una experiencia que recomiendan. "Aprendes muchísimo a nivel profesional y personal porque conoces otras formas de trabajar y te relacionas cada día con gente de diferentes países", señala Marcos.

Tanto él como Fidel estudiaron la carrera y el doctorado en la Universidad de Vigo, su ciudad natal, y siguen vinculados a sus respectivos departamentos de Análisis Económico y Economía Aplicada. María, natural del municipio ourensano de Vilardevós, impartió clases en Santiago, donde realizó la carrera, Pompeu Fabra y el campus de Ourense, y actualmente lo hace en la Loyola Andalucía.

El JRC de Sevilla es el centro de referencia en Europa para la microsimulación de reformas fiscales. Fidel, que anteriormente también trabajó en la OCDE, se dedica, entre otros proyectos, a calcular y evaluar el impacto de estos cambios, con especial interés en cómo afectan al reparto de la carga entre la población. Utiliza una herramienta desarrollada en Essex y financiada por la UE que incluye de forma anónima datos económicos reales de los ciudadanos en los diferentes países.

"Somos técnicos, no decimos qué hay que hacer pero sí los efectos de cada decisión. Y profesionalmente la posibilidad de impactar en las políticas es muy interesante", señala este experto que se ha ocupado de analizar las recientes reformas fiscales de España y Portugal y que acaba de instalarse en Grecia para asesorar al gobierno de Tsipras.

"En principio, permaneceré durante un año en el Ministerio de Economía para ayudarles a crear herramientas con las que evaluar sus nuevas medidas de política fiscal", explica sobre su estancia en el país heleno.

Por su parte, María, cuya área de trabajo es la macrosimulación, está ocupada en el futuro y ambicioso impuesto europeo de sociedades: "La UE está elaborando una nueva directiva para establecer una base imponible común, independientemente del país en el que operen. Supondría ventajas para las empresas, como la reducción de costes administrativos, y, al mismo tiempo, se reduciría la posibilidad de fraude o desvío de beneficios a países con baja imposición. Actualmente la propuesta está en proceso de discusión".

Se doctoró en la Autónoma de Barcelona y trabajó durante dos años en la Escuela de Planificación y Políticas Públicas de la Universidad de Rutgers, la tercera mejor de EE UU, hasta su incorporación al JRC. "La gente escucha a los políticos hablar sobre la UE y sus medidas en la televisión, pero no es consciente de la investigación que hay detrás y de todas las nuevas ideas que se generan. En el JRC trabajamos juntos expertos de diferentes culturas en un mismo proyecto y esto resulta muy enriquecedor. Es posible hacer algo en común desde diferentes puntos de vista", destaca.

Aunque vivan en Sevilla o Ispra, los tres economistas se imbuyen de un ambiente internacional en cuanto cruzan las puertas de sus centros de trabajo. El idioma común es el inglés -en la unidad de María y Fidel, por ejemplo, solo suman tres españoles entre una veintena de expertos- y el entorno laboral resulta estimulante.

"No estaba acostumbrado a que me dijesen 'buen trabajo'. Esto es algo que a mí me llamó la atención", reconoce Marcos, el último en incorporarse al JRC desde la universidad viguesa. Pertenece al grupo COIN y participa en un estudio para fijar los principales factores que determinan el crecimiento económico de las provincias europeas. El objetivo es acotarlo hasta las ciudades e incluso el kilómetro cuadrado. Y, con el arranque del año, también ha iniciado otro proyecto sobre las consecuencias económicas del cambio climático.

"Fue un reto. Quería saber si seguía siendo competitivo a nivel internacional, regenerarme y aprender cosas nuevas", explica Marcos, que se doctoró en la Universidad de Columbia.

A pesar de la importancia y repercusión de sus estudios, los tres coinciden en el escaso conocimiento social del que goza el JRC, incluso entre los investigadores que cuentan con el perfil necesario para acceder a una de sus plazas. "Nuestro centro ha crecido mucho y está haciendo un esfuerzo para ser más visible. Este año cofinancia el XXIV Encuentro de Economía Pública que se celebra a finales de mes en Toledo", comenta Fidel.

"Yo nunca había pensado en trabajar para la UE, me parecía algo muy lejano. Me gusta dar clases a universitarios porque les puedo transmitir mi experiencia. Y la propia Comisión tiene un programa para fomentar que los trabajadores visiten sus antiguos institutos o colegios para dar charlas sobre lo que hacen y ayudar a los alumnos a elegir una carrera", expone María. "Es importante que los universitarios sepan que existe otro mundo al que pueden aspirar", resume Marcos.

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