El gobierno local da luz verde al proyecto definitivo de recuperación de la muralla de O Castro y remite a la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta un estudio arqueohistórico completo como se le había solicitado para lograr autorización autonómica. Se trata de la intervención más ambiciosa realizada hasta ahora en las inmediaciones de la fortaleza del siglo XVII y los técnicos municipales concluyen en su informe de esta semana que las obras requieren sondeos arqueológicos previos. El Concello quiere arrancar los trabajos a lo largo de 2017, pero depende de la Consellería de Cultura y del Ministerio de Fomento con el que se conveniará la actuación, cuyo presupuesto ronda los 800.000 euros. Se pretende rehabilitar el antiguo recinto defensivo ahora mismo muy deteriorado y volverlo a integrar en la escena urbana reforzando la iluminación del primer y el segundo nivel de la muralla para que sea más visible desde la ciudad.
La Concejalía de Patrimonio Histórico encargó el pasado verano a la firma Tomos Conservación Restauración S.L. el estudio completo de todos los elementos patrimoniales: el Castro de Vigo, el castillo do Penço, la ermita de Nuestra Señora del Castro, el Castillo del Castro y las partes de la muralla que siguen en pie para evaluar los efectos que los movimientos de tierras y las perforaciones previstas en los sillares de la muralla pudieran tener en un recinto catalogado como Bien de Interés cultural (BIC) en 1949. Esta documentación exigida por la Xunta para continuar con la tramitación del proyecto fue recibida en Praza do Rei el pasado 27 de diciembre y tras el visto bueno municipal se envía ahora a la Xunta para lograr autorización de Patrimonio.
Uno de los puntos fuertes del proyecto es la demolición de elementos que no tienen que ver con el carácter militar del recinto como el almacén o taller de maestranzas construido en el siglo XX adosado al recinto fortificado frente a la entrada norte. También está previsto suprimir las almenas de inspiración medieval situadas sobre la puerta sur y la retirada de la antena de telecomunicaciones que existe sobre el tejado del polvorín, construcción del siglo XIX que finalmente va a mantenerse. En las inmediaciones del Baluarte del Couto, en el primer recinto, se contempla la demolición de una de las casetas destinadas al control de la red de riego y la supresión de las tuberías existentes.
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Esta limpieza del entorno también afecta a la red eléctrica y de telecomunicaciones que ahora mismo enturbia el paisaje. El diseño incluya una canalización subterránea por el Paseo de Rosalía de Castro de 320 metros de longitud a partir de la cual se realizarán todas las acometidas necesarias para dar servicio al parque y a la cafetería.
El primer y principal objetivo es la rehabilitación del primer y el segundo recinto del Castillo de O Castro con la recuperación de zonas de muralla deterioradas, la mejora de la accesibilidad por la parte norte y la poda del arbolado más cercano a la muralla para realzarla y que los turistas puedan disfrutar de los miradores.
El proyecto que el Concello remite a Patrimonio prevé actuar sobre los descalces visibles en la base de la muralla. La reparación incluye tanto la introducción de sillares nuevos que mejoren el apoyo de los paramentos como la colocación de anclajes de fibra de vidrio de cuatro a seis metros de longitud y 25 milímetros de diámetro para solventar los abombamientos en zonas próximas al Baluarte del Couto y al Baluarte del Regueiro. La inspección sobre el terreno realizada por la empresa a la que se encargó el estudio también detectó vencimientos en la mampostería de la muralla en la Batería do Couto y el flanco oeste del Baluarte del Diamante, donde también se considera necesario reforzar los anclajes y retirar la vegetación que afea los muros.
El proyecto municipal prevé sacar más partido al espacio liberado al pie del Baluarte del Diamante tras la demolición en 2014 del restaurante "El Castillo". Se pretende construir una especie de grada aprovechando el desnivel del terreno. El gobierno local busca que las vistas mejoren desde arriba y que también la visión de las murallas sea completa desde cualquier punto de la ciudad. Para eso incorpora un proyecto específico de iluminación de los senderos y caminos para mejorar la seguridad y favorecer que se utilice el monte a cualquier hora y que sería completada con una iluminación monumental para realzar la silueta de la fortaleza y que sea más visible desde abajo. Tras la anulación del Plan Xeral de 2008, las cautelas arqueológicas se adaptan al planeamiento de 1993 que establecen un perímetro de control de 200 metros para las obras.
