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La explosión del "Cóndor" provoca diez fallecidos

El buque de guerra vigilaba el cumplimiento de las normas de pesca y sus marineros fueron auxiliados por los barcos a los que controlaba

Página del Decano sobre el suceso.

El Cóndor había llegado a Vigo cuatro días antes. Tenía su base en Ferrol y había sido construido en Barcelona. Era uno de los primeros buques de guerra que se diseñaba y se realizaba en España. Desplazaba 63 toneladas, tenía una eslora de 24 metros, una ametralladora de 25 milímetros y su tripulación estaba compuesta por 22 hombres. Al frente de la misma se encontraba Tomás Calvar. El comandante resultó herido en el accidente. Salvó su vida de forma milagrosa.

El cañonero desarrollaba misiones de vigilancia. Estaba prohibido pescar sardina en el interior de la ría de Vigo. Sin embargo, numerosas lanchas realizaban esa faena incluso de día. Varios marineros ya habían sido detenidos y multados. El Cóndor se aproximó a Samil, donde cuatro de esos barcos estaban trabajando. Los militares realizaron dos disparos para que cesaran esa actividad. Poco después, la caldera del Cóndor reventó y lanzó a casi todos los tripulantes al agua.

Todas las embarcaciones que se encontraban cerca acudieron para auxiliar a los militares. Casi todos fueron lanzados al agua debido a la fuerza de le explosión. Cuatro de ellos murieron en el acto. "El aspecto del Cóndor es desolador", se reflejaba en la crónica del Decano de hace 115 años. La movilización de los marineros resultó espectacular. Cientos de lanchas partieron hacia el lugar del suceso. Incluso el Danube, un barco de pasajeros, detuvo su marcha para prestar auxilio. En ese momento se encontraba en plena navegación en la ría viguesa.

Los heridos fueron trasladados al hospital militar que se encontraba en el Arenal. Varios de ellos eran críticos. Tomás Calvar, el comandante, fue recogido por una lancha. Tenía lesiones en la cara y otras partes del cuerpo, pero sobrevivió al tomar una decisión vital. Poco antes de la explosión abandonó el puente de mando, que resultó destrozado completamente, para dirigirse a la proa. Eso le salvó la vida.

El Cóndor fue remolcado hacia la orilla por cuatro barcos pesqueros. Nadie se explicaba cómo era posible que no se hundiera. Después de registrarlo, se encontró en el interior el cadáver de otro tripulante. Mientras tanto, cuatro de los marineros fallecidos fueron enterrados en el cementerio de Pereiró. A sepelio acudieron miles de personas y las autoridades locales y provinciales, así como numerosos mandos del ejército.

También se inició una subscripción popular para ayudar a las familias de los desparecidos. Los vendedores del Berbés y los conserveros la iniciaron con una aportación de 2.500 pesetas. La solidaridad de los vigueses elevó esa cifra a más de 10.000 pesetas cuatro días después de la tragedia. Precisamente varios días después de ocurrir aparecieron los cadáveres de los tres marineros desaparecidos. La Guardia Civil trabajó de forma intensa para vigilar toda la costa en previsión de que los cuerpos fueron llegando a la orilla, un pronóstico que se confirmó. Según el balance oficial, fueron diez fallecidos y doce heridos. La mayor parte de la tripulación del Cóndor era de Marín y sus alrededores. Vigo estuvo conmocionado por un suceso que nunca antes había sucedido en España. La polémica sobre los posibles defectos en la construcción del buque incluso llegó al Congreso de los Diputados, lugar en el que se tuvo lugar una gran polémica sobre este asunto.

Se cuestionaron todos los aspectos de seguridad, sobre todo tras conocerse diversos informes técnicos en los que se aconsejaba no instalar la caldera siniestrada. Hasta Vigo se desplazaron responsables del Gobierno para realizar un informe. El accidente del Cóndor fue considerado como uno de los más importantes del Servicio Marítimo de Vigilancia por la cantidad de fallecidos que provocó.

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