Al censo de coches de la ciudad le ocurre algo similar a la población de Galicia en pleno "invierno demográfico": el porcentaje de los que suman más edad crece con mayor contundencia y rapidez que el de aquellos más jóvenes. Según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), a finales de 2016 circulaban por las calles de Vigo 146.400 turismos. De ellos 26.200 se habían matriculado hace más de 20 años, lo que representa casi el 20%. La cifra llama la atención tanto por su dimensión, ya que revela que dos de cada diez coches pisaron el asfalto por primera vez antes de 1996, como por la tendencia que dibuja: la proporción de estos vehículos "veteranos" es cada vez mayor. De hecho, no ha parado de crecer en los últimos años. En 2015 la DGT contabilizaba apenas 24.900 turismos en Vigo y hace justo un lustro no alcanzaba siquiera los 22.600, lo que representaba el 15% del total de coches. Desde entonces el censo local ha ganado 3.600 con matrículas anteriores a mediados de los años 90.
La tendencia se debe a varios factores. El principal, la crisis. En su intento por recortar gastos, muchas familias alargaron la vida de sus vehículos. El caso de Vigo, de hecho, no es excepcional. En otras ciudades de Galicia el porcentaje de turismos con más de 20 años es igual de alto o incluso superior. En Ourense, por ejemplo, hay más de 12.200 coches matriculados antes de 1996, lo que representa el 23% del total. En A Coruña superan los 17.900, el 16%. Y En Ferrol, con 6.000, representan también el 16%. La ciudad con un menor porcentaje de turismos "veteranos" es Santiago de Compostela, donde no llegan al 15% del total de su parque.
A pesar de esa tendencia, en 2016 la Dirección General de Tráfico anotó un ligero repunte del número de coches con menos de cinco años. La subida de las ventas, impulsadas por la paulatina mejora de la economía e incentivos como el Plan PIVE, ha permitido al parque móvil romper la evolución negativa de los últimos años. A finales de 2016 circulaban por la ciudad cerca de 22.600 turismos matriculados después de 2011, 1.200 más que solo un año antes. El dato sigue muy lejos sin embargo del que manejaba la DGT hace un lustro. Entonces estaban en la franja con menos de cinco años casi 34.000 turismos, que representaban el 23% de todos los que transitaban por el asfalto vigués.
Por ciudades, Santiago vuelve a ser la que muestra un parque de turismos más joven. Allí el porcentaje de coches con menos de diez años roza el 42%, frente al 38% que maneja Vigo o el 35% de Ourense, la ciudad situada en el polo opuesto. En cualquier caso, al igual que ocurre con el padrón de vecinos, Vigo es de lejos la urbe gallega con un mayor censo de vehículos. En noviembre de 2016 la ciudad contabilizaba 146.400 coches, 34.600 más que A Coruña, casi el triple que la urbe compostelana y cuatro veces por encima de Ferrol.
Otra tendencia que muestran con claridad las estadísticas de la DGT es el éxito que han tenido las motos en los últimos años. Su menor coste, tanto a la hora de comprarlas como de mantenerlas; su agilidad para circular por las ciudades o aparcar; y las ventajas que -en el caso de Vigo- ha ofrecido el Concello, multiplicando las plazas para estacionar o reduciendo su impuesto de rodaje, ha animado a cientos de vecinos a pasarse a las dos ruedas.
A principios de noviembre la DGT contabilizaba casi 24.700 motos en Vigo, unas 10.100 más que hace una década, cuando la DGT contabilizaba en Vigo 14.500. El incremento, notable, es del 70%. Si se echa la vista años atrás, hasta 2004, el repunte es incluso mayor: del 125%. Aunque se ha ido ralentizando con el paso del tiempo, el crecimiento ha sido ininterrumpido. Curiosamente los ciclomotores muestran la evolución contraria: en noviembre sumaban 11.900, mientras en 2010 rozaban los 12.700.
La evolución de la industria y la construcción a lo largo de los últimos años también se ha dejado sentir en otro tipo de vehículos, los camiones. Los 10.400 que contabilizaba la Dirección General de Tráfico a finales de 2016 distan mucho de los 12.000 anotados en las estadísticas de hace poco más de un lustro. Solo en el último año se perdieron unos 150. Suben el parque de furgonetas y también, tras varios años de caídas, el de autobuses, que sumaban a finales del pasado octubre unos 250 en la ciudad.
